REGIONAL

Casi record maulino Gigantescas Sandias de Pelarco superan los 17 kilos

No es necesarios ir a Paine para ver y disfrutar de las mejores sandias de Chile y de gran tamaño, como es el caso de la familia Saavedra Zúñiga de la comuna de Pelarco donde nos mostraron su producción agroecológica siendo uno de los pocos agricultores que eliminó por completo las aplicaciones químicas, y esta es su historia.
Mi nombre es Camilo Saavedra Zúñiga y por cosas de la vida hoy soy agricultor. Luego de realizar estudios universitarios y diplomados, la vida me llevo a volver a trabajar junto mi familia en el ámbito de la agricultura, pero incorporando nuevas técnicas agroclimáticas.
Nuestro trabajo consta de una agricultura sintrópica agroecológica dónde hacemos todo en base a la recuperación de árboles nativos, sin hacer monocultivos, sino que incorporando distintas plantas para fortalecer la rizosfera, es decir, todo lo que el suelo y la raíz queriendo fortalecer el sistema inmunológico de la planta para que finalmente nos dé un fruto de buena calidad.
¿De dónde obtuvieron las semillas?
Las semillas son una recuperación que hizo mi papá. Son de los años 30´ y hace más de 50 años que no se veían sus frutos. Son semillas de sandias blancas, Sandias Negras, tomate yuco de la sexta región, además de caléndula, menta, lavanda que son plantas que nos ayudan a enriquecer el entorno para una efectiva agroecología.
Además tenemos un banco de semillas de hortalizas que consta de seis tipos de lechugas, de albaca, rabanito, pepino, zapallo italiano, además de quínoa ancestral que pudimos recuperar del campo de unos abuelos de la Araucanía y dos tipos de acelga, una morada de la Araucanía y una verde oscuro típica de la zona central.
Es muy importante para nosotros el cuidado de estas y su ecosistema, evitando el uso de fertilizantes o agroquímicos que generan suelos inertes y una contaminación descomunal de las aguas, además de alejar microrganismos benéficos tanto para la tierra como para la simbiosis del proceso. De esta manera evitamos los frutos defectuosos que a la gente no le agradan. Muchas veces escuchamos decir que «esta sandia me salió harinosa» o «el 30% o 40% de la caja de frutillas me salió mala» y la gente no sabe que esto se debe a problemas de postcosecha, mal manejo de la planta o enfermedades como botritis.
Es por esta razón que nosotros buscamos mayor calidad y cuidado en nuestros productos, y los invitamos también a asegurarse y degustar nuestros frutos. Hasta el día de hoy, vía WhatsApp, la totalidad de nuestros clientes se encuentran satisfechos con nuestros productos y valoran mucho la posibilidad de reencontrarse con frutos que se daban antiguamente.


¿Qué le dirías al agricultor que está teniendo problemas en sus plantaciones?
Le diría que se sensibilice con la planta a través de un sistema de agroecología, pues estas son la medicina para nuestro cuerpo. Es mucho mejor para nosotros saber que el fruto es de excelente calidad y no una producción en volumen de frutos enfermos y defectuosos.
Invito a que todos los agricultores se vuelvan a enamorar de este arte del campo, que puedan entender el viejo refrán de «guatita llena corazón contento», pues la gente a través de estos productos hechos con cariño y dedicación se siente y se ve mejor. A la vez, hoy hay agricultores «viejitos» dispuestos a entregarnos su experiencia, a mostrarnos lo hermoso que es ver una planta crecer fuerte y dar hermosos frutos que podemos disfrutar y entender que no solo estamos comiendo el resultado, sino que estamos viviendo también una experiencia.
Este trabajo ha constado de mucho esfuerzo, dedicación y sobretodo mucha disciplina. Junto a mi Papá David Saavedra Zúñiga y mi Mamá Elisa Zúñiga Pasten ya llevamos un año y medio en este hermoso proyecto y con disciplina y respeto hemos logrado trabajar miles de plantas.

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