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En Empedrado, grandes esfuerzos se están desarrollando
para recuperar el Ruil de su inminente extinción

Diario «Maule Hoy» sostuvo esta entrevista con Pedro Garrido Vásquez, Ingeniero Forestal de la Universidad de Talca y Magíster en Gestión Ambiental Territorial, quien encabeza dos proyectos de reforestación en Empedrado con el Ruil, árbol emblemático de la región del Maule, del cual sólo quedan algunos remanentes, porque está en su fase de extinción.
No es fácil hablar de especies arbóreas endémicas que se están perdiendo por culpa de los incendios forestales y de los efectos del cambio climático. Una de ellas, y quizás la más importante, es el Ruil, un árbol simbólico de esta zona, cuya mortalidad se vislumbra grave e irreversible. Distintos esfuerzos se han desplegado desde las academias forestales para insistir en la importancia de preservar y reforestar ciertas zonas del Maule con esta especie autóctona, que está presente en el escudo regional, como mudo testigo de su inminente desaparición de la faz de la Tierra.
Han pasado cinco años desde los megaincendios, ¿Cómo han resultado la recuperación de especies arbóreas endémicas del Maule, entre las cuales, el Ruil sigue siendo uno de los prioritarios?
Hay una situación ambiental en la cordillera de la costa de nuestra región asociada a los incendios del año 2017, que tiene que ver con el impacto que tuvo el incendio sobre los remanentes de bosque nativo. Dentro de ellas, están aquellas especies amenazadas y en vías de extinción, como es el Ruil, árbol endémico y con poblaciones reducidas que solamente se restringen a la cordillera de la costa, en una extensión de 100 kilómetros, desde Curepto por el norte hasta Pelluhue por el sur. Es una especie que tiene poblaciones pequeñas muy fragmentadas, y está inmerso en una matriz productiva, generalmente rodeada de plantaciones forestales.
¿Cuáles son los pasos que están desarrollando este año en Empedrado y que tienen una relación directa con la reforestación del Ruil?
El tema de trabajo con especies amenazadas es una línea de investigación donde ya llevamos más de 10 años, y hemos podido sostenerla en el tiempo, gracias a diversos proyectos de conservación de la biodiversidad. En este contexto, uno de los más importantes, son las iniciativas que hemos podido desarrollar con el Ruil. Este año estamos desarrollando dos proyectos relevantes, precisamente en la comuna de Empedrado, que fue una de las más afectadas con el megaincendio, donde se quemó aproximadamente el 90 % de la superficie comunal, y eso implicó, todos los remanentes que quedaban, que son casi el 50 % de los bosques de Ruil del país. Un proyecto es financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, de implementación de acciones prioritarias para la conservación del Ruil en términos del territorio e impulsar gestión y acciones concretas, sobre todo de restauración ecológica de control de los procesos de invasión biológica, que han ocurrido después de los incendios del 2017. Hay establecimiento de parcelas demostrativas «in situ» para efectuar manejo de los remanentes y reforestación con especies nativas. El otro proyecto es emblemático porque estamos incorporando en este proceso de conservación a un pequeño propietario. Casi todas las especies amenazadas del país, tienen una parte de sus poblaciones dentro de las áreas protegidas del Estado, entonces tenemos la tranquilidad de que hay un resguardo formal. Pero una parte importante de estas otras poblaciones, están insertas en el territorio rural y pertenecen a particulares. El pequeño particular entonces, queda más a trasmano, porque no tiene los recursos para trabajar en la conservación de estas especies, ni para recuperar estas poblaciones porque tampoco es su labor determinante. Este proyecto lo estamos desarrollando en el predio «La Montaña» de la Asociación Azocar en Empedrado, que comprende alrededor de 60 hectáreas de Ruil. Si consideramos que esta especie tiene alrededor de 314 hectáreas en todo el país, hablamos de que solamente ese predio tiene 60 hectáreas. Por eso, es un aporte muy importante.
¿Que ha sido lo positivo de esta recuperación de los remanentes de Ruil ?
En la comuna de Empedrado había una actividad forestal intensiva, entonces, en ese contexto de territorio, los remanentes de Ruil que son naturalmente fragmentos, que están aislados en medio de un paisaje de uso productivo, han vuelto a rebrotar después de los incendios. Lo positivo dentro de todo lo malo que fue el incendio de todos los bosques de Ruil, es que han vuelto a rebrotar naturalmente.
¿Cuánto tiempo dura este proyecto?
La idea inicial es que sea un proyecto de al menos cinco años. Es un proyecto que tiene que ver con la implementación de un plan de manejo de preservación . Esa es la clave. Esa es la diferencia de otros proyectos similares. Se presenta a CONAF, a través de la Ley de Bosque Nativo. Iniciativas de este tenor, casi no existen en la región.Nosotros tenemos conocimiento de dos planes de manejo que se han implementado pero a escala muy pequeñita y con una intervención muy acotada. Ahora con esta nueva iniciativa del cual hicimos el diagnóstico inicial, en este predio de 163 hectáreas, estamos elaborando el plan para presentarlo a CONAF en las próximas semanas. De esta forma estaremos aunando recursos que permitan intervenir el predio con los fines de conservar las especies.
¿Cuáles son las acciones principales que quieren implementar ahí?
El control de la regeneración natural de pino, que se produjo post incendio del 2017. Gran parte de los bosques se quemaron y como la matriz que rodea a estos remanentes, es plantación forestal, se produjo una lluvia enorme de semillas de pino, que cayeron en suelo fértil, y el pino proliferó de una manera increíble.
¿ Cuántas instituciones colaboran en este proyecto de largo aliento?
Inicialmente la institución mandante es CONAF, sin embargo, se generó esta propuesta de trabajo a través de una instancia de cooperación público y privada que se denomina «Mesa de Diálogo Forestal de Empedrado». Y esa mesa reúne a actores públicos y privados como CONAF, Municipios, Prodesal, Instituto Forestal, Universidad de Talca, y una ONG que dirige todo el proceso, entre otros. Se trata de una iniciativa piloto, porque antes nunca se había efectuado. Esperamos que todo resulte bien y está toda la disponibilidad de las instituciones para apoyar el proceso.
Finalmente ¿Qué metas se han propuesto para cumplir con estos dos proyectos?
Hay dos situaciones importantísimas ahí. Estos dos proyectos que he mencionado: el del «Pequeño Propietario» en Empedrado y el del Ministerio de Medio Ambiente, ambos se enmarcan de alguna forma dentro de lo que se conoce como Plan de Recuperación, Conservación y Gestión del Ruil. La idea es que las acciones que se generen y los proyectos que surjan, consideren intervenir el hábitat de estas especies, mejorar sus condiciones a nivel del territorio y abordar las amenazas críticas. Esa amenaza crítica que tenemos ahora, es básicamente el proceso de invasión biológica que se ha dado por pino radiata en la cordillera de la costa. Los bosques remanentes son «pequeñas islas», que están sujetas ahora y más que nunca, a una invasión post incendios. El desafío es cómo logramos que este proceso de regeneración natural del pino, pueda ser regulado en estas áreas donde está el hábitat del Ruil. Y lo otro, es cómo implementamos acciones que, de alguna manera, minimicen o mitiguen el impacto del cambio climático. El Ruil no es una especie que tolere rangos de temperaturas tan variables como las que tenemos ahora, y veranos tan secos y cálidos como los que hemos tenido en los últimos 12 o 14 años. Por eso, su distribución geográfica es justamente, en posiciones sur, laderas sombrías, más oculto del sol, y con el clima que tenemos ahora, la especie está claramente perjudicada. Así que, sin duda, queremos implementar acciones en esos dos sentidos», concluyó.

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