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Herbicidas y otros productos para fumigar generan alto riesgo

En este contexto, “las mujeres que viven y trabajan en zonas agrícolas tienen mayores probabilidades de ser diagnosticadas con esta enfermedad”, según explicó Gloria Calaf, investigadora del Instituto de Alta Investigación de la Universidad de Tarapacá.
Según la destacada científica chilena, quien lleva décadas investigando la carcinogénesis ambiental y hormonal a través de modelos de estudio en cáncer mamario in vivo e in vitro, “ellas están expuestas a productos que contienen malatión, paratión, y glifosato, los que se quedan en el tejido, al ser absorbidos por la piel”.
Calaf explicó que “estas sustancias quedan en el aire, entonces cuando se hacen las fumigaciones toda la gente queda expuesta, pero la mujer tiene más riesgos por los estrógenos y otras características que pueden hacer que esta exposición sea más peligrosa que en el caso de los hombres. Aunque el hombre tiene otras enfermedades y riesgos, pero si hablamos de cáncer de mama son las mujeres las que están en mayor peligro”.
También indicó que uno de los grandes problemas es que los trabajadores agrícolas “se llevan la ropa a la casa y esa ropa tiene pesticidas, y las señoras usan esa ropa y queda dando vueltas, y se absorbe por la piel”.
Además, preocupa que esas sustancias también están en las ciudades, al alcance de cualquier persona ya que hay productos de uso residencial que contienen estos elementos: “El malatión, paratión y glifosato son pesticidas organofosforados que se venden en el comercio y que la gente compra para utilizarlos como herbicida, por ejemplo. Pensemos que la gente que tiene plantas en los jardines, están muy orgullosas porque usa algo para matar a los insectos y resulta que se está perjudicando porque se expone a estos plaguicidas que contienen sustancias tóxicas y cancerígenas que quedan en el aire”.
La académica de la Universidad de Tarapacá es una de las investigadoras más destacadas a nivel mundial y ha contribuido a avanzar en los estudios moleculares del rol de los pesticidas organofosforados y como también la radiación ionizante a través de modelos experimentales en presencia de hormonas, como el estrógeno, los cuales representan un riesgo para la salud de las mujeres.
Estos estudios han llevado a demostrar que dichos pesticidas inician el cáncer de la glándula mamaria de ratas, específicamente cáncer de mama de conducto, y en presencia de estrógenos, un cáncer lobulillar. Estas dos substancias mezcladas dieron lugar a metástasis a pulmón, hígado, y riñones.

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