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La Crisis del Agua amenaza la paz mundial

«A medida que aumenta el estrés hídrico, también lo hace el riesgo de conflictos locales o regionales. El mensaje de la UNESCO es claro: si queremos preservar la paz, no solo debemos conservar mejor los recursos hídricos, sino también reforzar lo antes posible la cooperación regional y mundial en este ámbito», declara Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO.
«El agua, cuando se gestiona de forma sostenible y equitativa, puede ser un recurso de paz y prosperidad. Así mismo, es un elemento vital para la agricultura, el principal motor socioeconómico de miles de millones de personas», destaca Álvaro Lario, Presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y Presidente de ONU-Agua.
Según el nuevo informe de la UNESCO publicado en nombre de ONU-Agua, 2200 millones de personas aún no disponen de suministros seguros de agua potable y 3500 millones de personas no tienen acceso a servicios adecuados de saneamiento. Debido a esto, el objetivo de las Naciones Unidas de lograr el acceso universal para el año 2030 parece distante y se teme un aumento de las desigualdades en este ámbito.
Entre 2002 y 2021, las sequías afectaron a más de 1400 millones de personas. En 2022, aproximadamente la mitad de la población mundial sufrió escasez severa de agua durante al menos una parte del año y una cuarta parte se enfrentó a niveles «extremadamente elevados» de estrés hídrico, al utilizar más del 80 % de su suministro total anual de agua potable renovable. Se prevé que el cambio climático incremente aún más la frecuencia y la gravedad de estos fenómenos, con graves riesgos para la estabilidad social.
Las niñas y las mujeres son las primeras víctimas de la falta de agua
La primera consecuencia es el deterioro de las condiciones de vida de la población, con un aumento de la inseguridad alimentaria y los riesgos sanitarios. La escasez de agua también afecta al desarrollo social, especialmente de niñas y mujeres. En multitud de zonas rurales, ellas son las principales recolectoras de agua y dedican varias horas al día a esta tarea. La disminución de los suministros de agua agrava esta carga y socava su acceso a la educación, su participación en la vida económica y su seguridad. Del mismo modo, puede contribuir a una mayor tasa de abandono escolar de las niñas con respecto a los niños.
La escasez de agua también es un factor importante en las migraciones. A su vez, estos desplazamientos de población pueden contribuir a la inseguridad hídrica en los territorios de acogida al ejercer una presión añadida en los sistemas y recursos de agua, avivando así las tensiones sociales. Por ejemplo, un estudio realizado en Somalia indica que se ha producido un aumento del 200 % de la violencia de género contra personas desplazadas.
Una necesidad urgente de acuerdos transfronterizos
La falta de agua también puede incrementar el riesgo de conflicto. En la región del Sahel, la degradación de los humedales – a menudo provocada por proyectos inadecuados de desarrollo hídrico – ha exacerbado las tensiones relacionadas con el acceso al agua y las tierras cultivables, provocando conflictos locales.
Aunque el 40 % de la población mundial vive en cuencas fluviales y lacustres transfronterizas, sólo una quinta parte de los países ha firmado acuerdos transfronterizos para gestionar conjuntamente y de forma equitativa estos recursos compartidos. Muchas cuencas transfronterizas se encuentran en áreas afectadas por tensiones interestatales actuales o históricas. En la región árabe, siete países tenían conflictos abiertos en 2021, algunos desde hace tiempo, con grandes repercusiones en el abastecimiento de agua, las infraestructuras y la posible cooperación en cuestiones relacionadas con el agua.
África sigue siendo especialmente vulnerable a las tensiones interestatales provocadas por el agua: 19 de los 22 Estados estudiados sufren escasez de agua y dos terceras partes de los recursos hídricos son transfronterizos. Además, de los 106 acuíferos transfronterizos cartografiados en África, solo se ha formalizado una cooperación interestatal en siete de ellos.
En este contexto, la cooperación para la gestión de las aguas transfronterizas es una herramienta crucial para mantener la paz. Al crear las condiciones para un diálogo regular entre todas las partes e instaurar los marcos jurídicos apropiados, tiene el potencial de resolver la mayoría de las disputas relacionadas con el agua y, por lo tanto, de prevenir la aparición o el agravamiento de conflictos de mayor alcance.
Dichas políticas serán a la vez justas y equitativas, gracias a la cooperación internacional y al apoyo del sistema de las Naciones Unidas.
La crisis del agua en Chile.
Sin duda que la falta de agua ha afectado grandemente a los ecosistemas de Chile como ríos, lagos y humedales. La disminución de los caudales de los ríos ha provocado la muerte de los peces, y otros animales acuáticos y ha alterado los ecosistemas naturales.
Acerca de la sequía progresiva en que está nuestro país, el director de Investigación de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile e investigador del Centro Avanzado Para Tecnologías del Agua (Capta), Rodrigo Fuster, explicó que el agua caída en los últimos tres meses del año pasado, ayudó a mejorar la situación de sequía histórica que el país vive desde hace más de una década.
«Es innegable que después de 14 años consecutivos de precipitaciones por debajo de lo normal, que es lo que entendemos como sequía, en parte en Chile ya estamos en condiciones de normalidad», señaló.
Sin embargo, el también académico advirtió que «se mantiene una situación muy crítica todavía en la Región de Coquimbo hacia el norte».
«En el resto de Chile, de la Región de Valparaíso al sur, ya estamos en un equilibrio. Hay lugares en los que todavía estamos por debajo de lo normal, en algunas otras estaciones meteorológicas estamos un poquito por sobre lo normal, por lo cual, lo que vimos el año pasado que parece tanta agua, es más bien una cantidad de agua esperable para un año climáticamente normal», porque un año normal después de catorce años de sequía, sin duda que es un alivio, pero no resuelve el problema», enfatizó.
Camila Alvarez, Investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia ( CR2) aseveró que esta mega sequía es causada en parte por una variabilidad climática natural, pero se superpone y acentúa con una tendencia observada durante varias décadas hacia un clima más seco en Chile central, que asociamos a una señal de cambio climático», dijo.
«Las cuencas de Elqui, Limarí, Petorca/La Ligua, Aconcagua, Maipo y Rapel, así como aquellas ubicadas en la zona costera de las regiones de Valparaíso y O’Higgins, son las que enfrentan una realidad más crítica hoy.
«La mayoría de las cuencas entre las regiones de Coquimbo y del Maule, han experimentado niveles altos a extremos de estrés hídrico durante la década 2010-2020. Esta situación está directamente vinculada a la mega sequía y a la menor disponibilidad hídrica particular de este periodo, pero se agrava sustantivamente debido a niveles elevados de uso de agua en estas regiones», concluyó Alvarez.
Hacia una transición hídrica.
La mirada esperanzadora para el agua está en cómo proyectamos los cambios que mejoraran su uso y que amortiguaran los efectos de su escasez.
En Chile, país que a pesar de sus extraordinarias reservas de agua se encuentra dentro de las 30 naciones con mayor riesgo hídrico a nivel mundial, la iniciativa Escenarios Hídricos 2030 muestra que el cambio es posible.
Coordinada por Fundación Chile, Fundación Futuro Latinoamericano y Fundación Avina, y luego de más de dos años de trabajo, acaba de lanzar la publicación «Transición Hídrica: El Futuro del Agua en Chile».
A través de un proceso de diálogo multisectorial de más de dos años, 55 instituciones públicas, privadas, ONGs, academia y actores territoriales, lograron consensuar temas relevantes y posibles soluciones a la problemática del agua, materializadas en una publicación que propone una nueva mirada hacia el recurso.
«Transición Hídrica: El Futuro del Agua en Chile», muestra los escenarios hídricos posibles en seis cuencas, Copiapó, Aconcagua, Maipo, Maule, Lebu y Baker, en el caso de seguir haciendo lo mismo, y en el de un futuro deseable.
La inédita propuesta de gestión del agua en Chile, se basa en una transición hídrica para abordar la brecha existente que considera cuatro ejes: En primer lugar, la gestión e institucionalidad del agua, como el engranaje fundamental que moviliza y habilita soluciones en el corto, mediano y largo plazo. En segundo término, se apunta a proteger y conservar los ecosistemas hídricos, dado que son la base fundamental para la vida, prestadores de múltiples servicios ecosistémicos y cualquier desarrollo posible. El tercer eje destaca a la eficiencia y el uso estratégico del recurso, que apunta a manejar la demanda de agua en forma responsable. Asimismo, se invita a avanzar en la priorización en el uso del recurso, donde se garantice el derecho humano al agua.
El último eje es la migración e incorporación de nuevas fuentes de agua, donde los usuarios intensivos del recurso deben desacoplarse de las fuentes de agua natural en la cuenca, dejándola disponible para otros usos vinculados a la conservación y mantención de procesos vitales.
Además, la iniciativa contribuye con un portafolio de más de 200 soluciones analizadas desde la perspectiva legal, económica, social y ambiental.
Este material, en coherencia con la propuesta de Transición Hídrica, muestra que las intervenciones y soluciones necesarias pueden ser distintas a las que se han discutido durante mucho tiempo, casi como si fueran las únicas alternativas.
Sin duda, que esta interesante publicación es un aporte para mirar con más optimismo y consecuencia, el futuro que nos espera considerando que el Agua es Vida, pero también importante motor de los saltos que debe enfrentar la Humanidad, en el desarrollo económico, social y cultural de nuestros países.
( Agradecimientos Especiales: Daniela Bostrom Couffe de la ONU-Agua- Rodrigo Fuster de la Universidad de Chile – Camila Álvarez del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia- Fundación Chile ).

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