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Conversando con Humberto «Chita» Cruz

Los fanáticos del fútbol chileno, de la década del 60, saben que hay un hombre que brilló con luces propias y destacó en todos los clubes que jugó, especialmente en Colo-Colo y la Selección Chilena de fútbol.
Poder tener como invitado, a un tremendo jugador, que tuvo el privilegio de participar en dos mundiales de futbol (1962, 1966) y que a la fecha tiene 84 años, muy bien conservados, es todo un regalo de la vida. Hoy conversaremos con una verdadera leyenda del fútbol, me refiero a don Humberto Carlos Nelson Cruz Silva, conocido por todos por su apodo, como «Chita Cruz».
¿Cómo llega al mundo del fútbol?
-»Desde niño, jugaba en las calles polvorientas y en aquellas que eran de adoquines, en el barrio La Pila, comuna de Estación Central, Santiago de Chile.
Fuimos once hermanos, siete varones y cuatro damas, mi padre era chofer de micro. El año 1955, yo me colaba por unas rejas al estadio Nacional, siendo un muchacho, para ver el desarrollo del campeonato Sudamericano de fútbol, y me decía para mi soñando «algún día jugaré en este estadio, defendiendo a la Selección chilena, pocos años después pude cumplir ese anhelado sueño».-
¿Cómo pudo desarrollarse en un puesto tan complejo como defensa, pese a su baja estatura?
-»Era guapo, corredor, voy veloz, tenía muy buen brinco, saltaba muy bien, anticipaba a mis rivales. Obediente, para cumplir las órdenes de mis entrenadores, disciplinado, me cuidaba, nunca fume, y fui de beber muy poco alcohol».-
¿Cómo llega a vestir los colores de Colo-Colo?
-»Yo jugaba en Santiago Morning, pero Colo-Colo, siempre me solicitaba para reforzarlo en giras internacionales o en los hexagonales que se jugaban en el estadio Nacional, contra grandes equipos extranjeros. Así es como el club albo, me adquirió, allí estuve largas temporadas, compartiendo en suerte con grandes futbolistas».-
¿Y su llegada a la Selección Chilena de fútbol, como la recuerda?
-»Llegue a la Selección joven, y después de la gira que hizo la Selección a Europa, previa al mundial de 1962, a la cual yo no fui convocado, don Fernando Riera, me cita para para un partido en Santiago, contra la Selección de Hungría, esa actuación, me llevó a quedar en la nómina definitiva, de jugadores para el mundial de fútbol en Chile».-
¿Qué recuerda de ese mundial y de su director técnico don Fernando Riera?
-»Fue muy lindo todo el ambiente que se vivía en todo el país, en las calles, dos años antes esos sí, fuimos testigos de un gran terremoto. Para mí fue un sueño, haber estado en cancha, ese último partido, cuando conseguimos ese histórico tercer lugar.
El partido en Arica, también lo tengo muy grabado en mis recuerdos, se nos permitió traer muchas cosas, desde allá, ya que en ese tiempo Arica era puerto libre, la gente esto lugar nos hacía sentir su aprecio, un año lindo ese 1962 para mí y mis compañeros. Don Fernando Riera, transformó el fútbol chileno, exigiendo cosas, teniendo una disciplina muy acertada, ayudándonos y sacando lo mejor de cada uno de nosotros, una gran persona, excelente entrenador».-
¿Qué obtuvo como premio, por haber jugado el mundial del año 1962?
-»El gobierno de la época, presidido por Don Jorge Alessandri Rodríguez a cada integrante del plantel, nos regaló, una casa, una vivienda, y la central de fútbol, un premio en dinero, una cena y eso fue todo».-
¿Y de su participación en el mundial de Fútbol, Inglaterra 1966, que me puede señalar?
-»Tuvimos mala suerte, teníamos un gran plantel, a Italia y Corea debimos haberles ganado, con Unión Soviética, fue un partido muy parejo y que perdimos dos a uno, pero ahí también, perecimos más. En ese equipo habían muchos que no estuvieron en el mundial anterior de Chile, como Rubén Marcos, Pedro Araya y Elías Figueroa, fue un gran mundial, se nos lesionaron varios compañeros, pero siento que debimos haber pasado de fase».-
¿Qué otros recuerdos tiene de ese año 1966?
-»Que pude conocer varios países de Europa, que tuve en suerte estrechar la mano de la Reina Isabel de Inglaterra y traer al país, muchos souvenier, como un precioso coche de guagua, fue un año futbolístico muy bueno para mi».-
¿Un amigo del fútbol que usted admiró mucho?
-»Sin duda Pelé, un tipo fantástico, al cual me tocó marcarlo en muchas ocasiones, se enojaba conmigo y me decía: «otra vez tú Chita, déjame jugar», yo le respondía –tengo que evitar que recibas la pelota, o estamos muertos-, nos hicimos muy amigos, fui testigo de gestos hermosos de este gran jugador Brasileño, sobre todo con niños, cuando falleció, fue una gran dolor y pérdida para mi».-
¿Cómo eran las previas y los términos de un encuentro de un equipo de fútbol de la década de los 60 en Chile?
-»Generalmente, si jugamos en la capital, nos juntábamos en un restaurante, para almorzar y de ahí en una micro contratada al estadio. Terminado el partido, cada uno partía hacia su hogar, en la micro de recorrido urbano, muchas veces colgado de la pisadera o en medio de hinchas, pero siempre fui respetado, eran otros tiempos, eran muy pocos compañeros que tenían vehículos».-
¿Y cómo eran los desplazamientos, cuando jugaban en provincias?
-»Cuando estuve en Santiago Morning, viajábamos en micros, esas de recorrido urbano, sin calefacción y a veces faltándole unos vidrios. Ya en Colo-Colo, fue otra cosa, generalmente en tren, y también en avión, cuando íbamos a jugar a Temuco».-
¿Qué recuerdos tiene de sus enfrentamientos con Rangers de Talca?
-»Uf, partidos difíciles, el Rangers de la década de los sesenta y setenta, fueron equipos bravos, dificultosos de enfrentarlos, tanto en condición de visita o de local, jugadores guapos, en esos años siempre estuvieron muy arriba en la tabla. Recuerdo un encuentro en Talca con tres expulsados por equipo, con una gran pelea. Me hice de grande amigos de ese importante club, como: Romero Arredondo, Héctor Barría, Juan Soto, Rodenack, Juan Cortes y muchos otros, era un agrado jugar contra ese equipo y visitar Talca, Gané, perdí y empate, enfrentando a Rangers».-
¿Lesión más grave en su carrera?
-»Jugando por Ñublense, me fracturaron tibia y peroné, estuve largo tiempo alejado de las canchas».-
¿Pasó muchas necesidades económicas, en su carrera como futbolista profesional?
-»Si, una vez estuve seis meses, sin recibir un centavo en Colo-Colo, casado y con hijos. Después, en mi época de entrenador, en Fernández Vial, viví una situación similar».-
¿Cómo era su carácter, dentro y fuera de la cancha de fútbol?
-»Dentro de la cancha me imponía, gritaba, marcaba, pero siempre fui un jugador leal, no mal intencionado, de ir a hacerle daño o lesionar a un rival, a pesar de mi baja altura un metro sesenta y tres. Afuera de la cancha, siempre reclame e hice cumplir mis derechos laborales, en los contratos firmados, eso me llevó a que no me renovarán en Colo-Colo, a principios de los años 70, tildándome algunos dirigentes de jugador conflictivo».-
¿Cómo llegó a adoptar el apodo de «Chita»?
-»En los años que me inicie en el fútbol, estaba de moda, las películas y las revista de Tarzán, este personaje tenía como mascota a una mona pequeña, y que nunca estaba quieta llamada «Chita», un señor de un quiosco de diarios del barrio, y que me iba siempre ver jugar a la cancha del barrio, me bautizo, con este mote, pues me decía que nunca estaba quieto en la cancha, jamás me lo pude sacar, y así me llamaban cariñosamente mis compañeros, eso es hasta hoy».-
¿Qué hizo con sus primeros sueldos?
-»Le regalé una micro nueva a mi padre, para que fuese su propio jefe, y no tuviese que levantarse tan temprano, una Ford año 1962, fue algo lindo, gratificante para ambos y para toda la familia».-
¿Se recuerda cual fue su primer vehículo?
-»Si, por supuesto, un Chevrolet año 1951, el año 1962, usado, pero bueno».-
¿Se preparó para su retiro del fútbol?
-»Lo planifique, realizando el curso de entrenador de fútbol, y terminada mi etapa de futbolista, comencé de inmediato a ejercer esta linda profesión, en el club que me inicie en el fútbol, Santiago Morning, y dirigí en varios clubes, hasta hace cinco años atrás».-
¿Se siente querido y respetado por la gente?
-»Sin duda, mucho, donde voy la gente es muy amable conmigo, eso fue desde los inicios de mi carrera, después como entrenador, lo mismo, hasta hoy en día, cuando ando por la calle, o voy a la feria o un centro comercial, la gente me saluda, o desea una foto, soy un hombre agradecido del fútbol».-
¿Cómo se siente actualmente?
-»Vital, sano, me cuido en mis comidas, trato de caminar mucho cada día, con una gran esposa a mi lado desde hace 59 años. A veces, algunos días con pena, al ver partir a grandes amigos, compañeros, agradecido de Dios, de la vida, de mis hijos y nietos, visito mucho Viña del Mar, donde vive uno de mis hijas y a veces voy a México a ver al otro hijo, que reside allá, en total son cuatro los hijos, que me regaló Dios».-
Unas palabras para los jóvenes de hoy
-»Nunca achicarse, creer en uno, trabajar y sacrificarse, pues así podrán cumplir sus metas y sueños, como fue en mi caso».-
-»Ahorrar, ser precavidos, respetuosos, educarse y tomar los desafíos y las oportunidades que se les presenten».-
Hoy hemos conversado, con este gran deportista, que con 84 años de edad, es un ejemplo de superación y entrega para la juventud actual.
Luis U. Contreras Pin
Diario Maule Hoy

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