COMUNALREGIONAL

Deporte aventura y turismo en «Desafío Fraile» en Molina

Más de 80 participantes tuvo la jornada de eco-turismo organizada por el municipio, en donde los aventureros llegaron hasta la cima de uno de los cerros más emblemáticos de la pre-cordillera maulina.
Un encuentro con la naturaleza y con sí mismos tuvieron los más de ochenta exploradores que se animaron a recorrer el «Desafío Fraile» en Molina.
Se trata de una de las instancias de eco-turismo organizadas por el municipio a través de la Corporación Municipal de Deportes junto a su similar de Turismo, todo con el objetivo de potenciar las visitas a una de las zonas más apetecidas por los amantes del senderismo.
LARGA TRAVESÍA
Los aventureros partieron desde temprano la jornada dominical junto a los guías municipales, quienes les fueron encaminando por el largo trayecto que contempló cruzar el río, subir empinadas cuestas, adentrarse en la vegetación nativa y mantener el ritmo de avance hasta llegar a la meta.
A lo largo del camino, aparecía la flora y fauna chilena en su todo esplendor, dando muestras así de la rica biodiversidad presente en la alta montaña. Por lo mismo, los asistentes se preocuparon de llevarse todos los deshechos que iban generando, de modo de dejar a la naturaleza libre de la intervención del hombre.
El premio final fue inmejorable para quienes llegaron a la cima: una vista espectacular que, a su vez, constituía para los senderistas un encuentro consigo mismos y con el entorno, mientras el aire puro cordillerano limpiaba sus pulmones.
Cabe destacar que la cúspide del Cerro Fraile debe su nombre a su semejanza con la calva de un monje, razón por la que los lugareños lo bautizaron de tan llamativa forma.
GRATAS EXPERIENCIAS
Una vez en la cima, los participantes destacaron la buena organización y el fomento al turismo. Para Verónica Rioseco, la experiencia fue «espectacular, el grupo súper bueno, lo pasé increíble; si hay otro desafío, volveré. Había ido antes a El Bolsón, así que es 100% recomendable».
Por su parte, William Suazo valoró «la posibilidad de conectarse con la naturaleza y desestrezarse, ya que no tienes la contaminación acústica de la ciudad». En tanto, Jeanette Aguilar, quien también formó parte de la primera expedición en septiembre, calificó este viaje como «duro, pero entretenido».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *