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Daniel Imbernón Vigara, ornitólogo catalán: «La demanda de los pajareros del mundo por conocer Chile, está en ascenso»

En diálogo muy distendido, cautivados por su experticia y conocimientos, el ornitólogo español Daniel Imbernon Vigara recibió a «Diario Maule Hoy» para contestar nuestras inquietudes.
Nacido y criado en Cataluña, ha sido un apasionado de la historia natural desde muy niño. Ingeniero agrícola y luego compaginando ese rol con las propias de un naturalista, con los años – como él señala- se ha ido especializando sobre todo en las aves, razón que lo llevó a participar en censos, monitoreos, y estudios tanto en su Cataluña natal como en Costa Rica.
Según el mismo nos cuenta «con la intención de conocer la naturaleza y avifauna chilena vine a este país en el 2009 para trabajar como enólogo y poder sufragar los gastos del viaje , durante el tiempo que estuve en la Región del Maule, donde conocí a la que es actualmente mi esposa, y por la que me instalé de forma permanente en Talca a principios del 2014».
Desde esta fecha, se ha transformado en un ornitólogo a tiempo completo, colaborando con organizaciones como CODEFF, uniéndose a la Fundación Trekkingchile, y participando en estudios, censos, monitoreos, charlas y capacitaciones, escribiendo libros y artículos que tienen como eje central las aves de Chile y principalmente, las especies que habitan en la región del Maule.
¿ Que es el Aviturismo y cual es su importancia?
El aviturismo es la actividad que consiste en viajar con el propósito principal de observar aves en su hábitat natural, es decir generar ingresos a través de proporcionar a los turistas «pajareros» la oportunidad de observar las aves propias de un sector.
En la situación actual de post-covid es difícil de valorar cualquier arista vinculada al turismo, pero en un estudio serio llevado a cabo en Estados Unidos pre-pandemia, se hablaba de que sólo en el país norteamericano unos 18 millones de turistas viajan teniendo la observación de aves como una de las actividades principales a realizar en sus vacaciones, con un volumen de gastos relacionados en torno a los 17 mil millones de dólares. Como ejemplo concreto, un país tan chiquito como Belice, con menor superficie que la Región del Maule pero con una gran biodiversidad, calcula que los ingresos ligados al aviturismo anualmente rondan (o rondaban en la etapa pre-covid) los 47 millones de dólares.
¿ Existen empresas que trabajan internacionalmente y que traen avituristas a observar las aves a través de nuestro territorio?
Desde hace unos años ya existen en Chile una serie de empresas nacionales que organizan tours (Albatross Birding, Birdwatching Chile, Birds Chile), tanto los que recorren el país completo para ver la mayor cantidad de especies, como tours más cortos y especializados. Generalmente la Región del Maule atrae a estas empresas por los sectores de Altos de Lircay y el Valle del Maule, por ser sectores con especies más propias del sur del país pero sin estar alejados de Santiago.
También hay empresas internacionales, con sede en EEUU, Sudáfrica, Inglaterra, que tienen tours programados cada año y visitan varios destinos atractivos para los observadores de aves por el mundo, y entre esos está Chile, que suele estar en el catálogo de la mayoría de estas empresas globales especializadas.
En los últimos años, también se está viendo un incremento en la oferta de tours por empresas más locales o regionales que ofrecen sus servicios en un ámbito menor.
¿ Qué nivel de experiencia y conocimiento se necesita para ser un buen guía de avituristas?
Generalmente cuando un aviturista paga por un tour guiado, se espera que el guía sea capaz de identificar todas las aves que puedan ver y escuchar ( el canto cuenta igual para el registro de una especie de ave) por lo que para ser un guía debería ser un experto conocedor de todas las especies de aves de los sectores que visita, y además obviamente, conocer los mejores puntos de observación y los mejores momentos del día y las épocas del año para observar determinadas especies.
A nivel más local puede funcionar el conocer solamente algunas de las especies más buscadas y/o carismáticas, como ejemplo personal; hice un tour en una zona rural de Panamá en busca del quetzal, una de las aves más bonitas y buscadas por los observadores de aves del mundo, donde el guía en realidad no sabía mucho del resto de especies pero sí tenía claro donde se podía observar esa especie concreta por lo que en realidad el tour obtuvo los resultados deseados a pesar de que el guía no era un gran ornitólogo.

¿ Por qué es importante atender al aviturismo en regiones como el Maule ?
Desde hace años que todas las organizaciones conservacionistas, especialmente aquellas vinculadas a la conservación y el estudio de las aves silvestres (por ej.: BirdLife International o la National Audubon Society), ven el aviturismo como un aliado, ya que es una forma de generar recursos y oportunidades en sectores rurales, y así empoderar a las comunidades locales en la conservación de esas especies de aves buscadas por los avituristas, que a su vez, sirve para proteger todo el ecosistema.
En la Región del Maule, hay múltiples amenazas para muchos hábitats, especialmente para los humedales, y presentar la oportunidad de que la naturaleza sirva para generar ingresos a través de un recurso sustentable como el aviturismo, en vez de la desecación para el uso ganadero o para plantar pinos y eucaliptos que se ha venido haciendo estos últimos tiempos, creo que puede suponer un cambio de modelo para los emprendedores que sepan subirse a este tren y realizarlo correctamente.


¿ Cual es la experiencia de los tour operadores que han logrado imponer su emprendimiento en Chile?
Como decía en estos tiempos de covid, hay que ser prudente pero parece que la demanda de los pajareros del mundo por conocer Chile y sus aves está en ascenso. Veo que nuevas empresas internacionales especializadas que han surgido recientemente incluyen todas a Chile como uno de sus primeros destinos por lo que veo unas buenas perspectivas.
En lo personal, algún amigo ornitólogo que ha podido visitar Chile ha quedado enamorado de nuestras aves, además que como país puede ofrecer otras cosas interesantes además de sus aves, como la gastronomía, vino, cultura local, etc.
¿ Qué importancia tiene capacitarse en esta área considerando que se trata de una nueva opción de emprendimiento turístico?
Por ser el cliente normalmente especializado, es necesario que el guía sea un pajarero de nivel más o menos experto, y que además de identificar todas las especies de aves que se vean o escuchen en las salidas, también pueda crear un relato entretenido sobre los sitios y dar información sobre las aves y responder las preguntas que los avituristas le hagan.
Actualmente existe mucha información a través de internet, pero saber filtrar aquella que necesitamos puede ser una tarea ardua. En los últimos tiempos he relatado varios cursos vinculados a la práctica de la observación de aves, y creo que la mayoría de participantes que están interesados en entrar a este mundo, desconocen muchas de las aristas existentes, ya que para realizar esta actividad de forma seria, además de conocer las aves ( solamente la Región del Maule tiene más de 240 especies registradas) hay que conocer los cantos, saber de óptica y de fotografía, conocer las plataformas y páginas webs de referencia en el tema, conocer las nuevas tendencias, los cambios taxonómicos, algo de legislación que afecta a la biodiversidad y a la fauna silvestre,…
¿ Qué anécdotas destacadas tienes como ornitólogo que practica estas incursiones en la búsqueda de la mejor observación de las aves ?
Siempre recomiendo mucho mirar al mar y si es posible realizar una salida a observar aves pelágicas (aquellas especies que solo tocan tierra para reproducirse pasando el resto de su ciclo vital en el océano abierto, como los albatros, petreles y fardelas), ya que los mares de Chile son de los más ricos del mundo en cuanto a aves marinas. Es impresionante, y aún después de bastantes salidas en bote, me sigue fascinando, que aves tan espectaculares como los albatros y petreles gigantes sean relativamente comunes en nuestras aguas, y que al salir a mar abierto, no tengamos que buscarlas sino que son ellas las que vienen y se acercan a los botes, ¡a veces a un metro! a ver si encuentran algo para alimentarse, es totalmente distinto a observar aves en otros ambientes.
¿ Qué requisitos fundamentales debe considerar un buen « pajareo» en algunos lugares característicos de nidificación y reunión de aves migratorias?
Lo primero es que como «pajareros» no deberíamos acercarnos a lugares de nidificación, especialmente si son especies escasas, las aves son muy sensibles en la época de reproducción y les generamos un gran estrés al acercarnos a sus nidos o pichones. Y parecido con las aves migratorias, han recorrido una larga distancia para llegar hasta acá, por ejemplo los muy comunes playeros blancos llegan desde el ártico canadiense, y su prioridad es alimentarse para recuperar la condición física que les permita hacer el vuelo de vuelta por lo que no deberíamos molestarlas.
Eso no quiere decir que no se puedan observar, actualmente hay binoculares y telescopios disponibles para casi cualquier público que nos permiten observar con gran detalle aves que están a suficiente distancia para no sentirse perturbadas, como norma al observar aves deberíamos dejar de acercarnos a un ave cuando vemos que ésta empieza moverse o comportarse de forma distinta, es decir cuando nos empieza a percibir como una amenaza.
En la Región, contamos con varios lugares excelentes para el pajareo, como el humedal de Putú que dispone de un mirador junto a la carretera costera que es excelente para registrar muchas especies, o la desembocadura del río Mataquito, donde se pueden realizar salidas en bote que permiten acercarse sin inquietar a muchas especies de aves migratorias, como los flamencos en invierno y primavera o variedad de aves playeras en verano, concluyó.

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