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Día de la Educación Rural: Se precisa reevaluar la política educativa en torno a la ruralidad

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 2014), el 34.6% de la población chilena habita en sectores rurales, mientras que para el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) esta corresponde, en 2018, a sólo un 12,2%.
Entonces, ¿el indicador bajó más del doble en cinco años? Efectivamente no es así. Tiene que ver con la definición que persiste en Chile de lo rural, que lo concibe como una unidad sostenida por indicadores estadísticos como la densidad poblacional, o por una categorización binaria asociada a aquello opuesto a lo urbano, a pesar de que la investigación en el tema advierte que no podemos hablar de ruralidad sino más bien de ruralidades, es decir, que debemos reconocer la existencia de nuevas formas de ruralidad.
Con motivo del Día de la Educación Rural, que se conmemora cada 7 de abril, es preciso analizar que esta concepción de lo rural, que aún persiste, invisibiliza la complejidad del territorio y del rol fundamental que tiene la educación en las áreas rurales a nivel individual, comunitario y local, definición que no sólo permea la forma en que el Estado clasifica a esta población, sino que, también, en la manera cómo se han concebido sus políticas públicas.
En el caso de la educación, las normativas y las regulaciones -como lo reconoce la propia Mesa de Educación Rural- son generadas y administradas desde el nivel central, estableciéndose los instrumentos que surgen de ellas con una mirada «genérica para todo el país, no dando cuenta, en numerosas ocasiones, de la realidad regional ni comunal».


Este carácter centralista y de desarraigo territorial genera que no se hayan desarrollado políticas educativas que miren las trayectorias escolares; más bien, se han centrado en establecer una diversidad de programas y acciones sin conexión entre sí y que no han sido evaluados, por lo que se desconoce si los recursos invertidos han generado algún impacto.
Se hace necesario, por lo tanto, reevaluar cómo se establecen las políticas educativas en torno a la ruralidad. Si la ruralidad es vista en Chile como una unidad identitaria homogénea, entonces se vuelve importante complejizar ese mirar incluyendo las culturas escolares en sus particularidades, y cómo ellas inciden en los itinerarios educativos de su estudiantado. En una región como la del Maule que -más allá de los datos estadísticos- se sigue pensando a sí misma desde la ruralidad.
Luis Tello y Dra. Vanessa Tessada Investigadores de carrera Pedagogía en Historia, Geografía y Ciencias Sociales Universidad Autónoma de Chile, sede Talca

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