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Bacterias prueban ser efectivas para mejorar rendimiento de cultivos como el poroto

El suelo agrícola se está viendo afectado por el aumento de la temperatura, la sequía y la salinización. Se estima que más de 1 mil millones de hectáreas de tierra en el mundo están siendo perjudicadas. Número que se elevará ya que el cambio climático aumentará el área de tierras semiáridas y salinas debido a la reducción de las precipitaciones, causando efectos adversos en el crecimiento y la productividad de los cultivos.
El poroto común (Phaseolus vulgaris L.), considerado uno de los cultivos leguminosos más consumidos en todo el mundo -en América Latina, es el alimento principal en la dieta de las personas debido a sus altas cualidades nutricionales- es una de las legumbres que se verán más afectadas por el cambio en las condiciones climáticas.
En Chile existen cerca de 200 variedades diferentes de porotos, siendo los más representativos el Tórtola, Coscorrón, Manteca, Bayo, Araucano, Peumo y Sapito.
En nuestro país el cultivo de leguminosas tuvo su punto alto a inicios de 1980, cuando se cultivaban más de 120.000 hectáreas de porotos y cerca de 50.000 de lentejas. En la actualidad, la mayor presencia de productores de porotos se concentra en la Región del Maule con una superficie total que bordea las 6 mil hectáreas. Le siguen Ñuble con 2 mil 500 hectáreas y Biobío con 2 mil.
Además de factores de mercado, se ha observado que el cultivo del poroto se ha visto afectado por el estrés salino que provoca en ellos una disminución de la biomasa total y el rendimiento de semillas, tanto por la disminución del número de vainas como de las semillas mismas. Además de un aumento del tiempo de maduración general con las pérdidas lógicas para los agricultores.
Bioestimulante ecológico
Es por esto por lo que un grupo de investigadores e investigadoras caracterizaron la interacción entre las bacterias promotoras del crecimiento de las plantas (PGPB) y el rol que cumplen en la mitigación del estrés por salinidad para variedades de Phaseolus vulgaris L. (poroto común).
«Estas bacterias promueven activamente la absorción de nutrientes, encapsulan sales, mineralizan materia orgánica y promueven el crecimiento de las plantas, aumentando la absorción y disponibilidad de nutrientes del suelo», explica la Dra. Aparna Banerjee, investigadora del Instituto de Ciencias Aplicadas de la Universidad Autónoma de Chile.
Específicamente aislaron dos PGPB (Bacillus proteolyticus Cyn1 y Bacillus safensis Cyn2), ambas mostraron resultados positivos para la producción de ACC desaminasa, solubilización de fosfato y secreción de la enzima catalasa. Es decir, las bacterias no solo demostraron respuestas positivas frente a la salinidad, sino también a cambios en la temperatura y cantidad de agua.
Primera vez que se estudia el uso de bacterias rizosféricas para combatir el estrés por salinidad en el poroto común. Interacción que podría también establecerse como una nueva estrategia para reducir el uso de fertilizantes químicos.
«Las plantas tratadas demostraron una alta producción de pigmentos fotosintéticos. Esperamos que ambas bacterias puedan ser utilizadas para mejorar la producción agrícola de porotos nativos chilenos en el futuro cercano», proyecta la investigadora de la Universidad Autónoma de Chile.
Como señala el estudio, este bioestimulante sería ecológico, económico, accesible, más eficiente y productivo por naturaleza. Una alternativa a los fertilizantes químicos, que tienen impactos negativos a largo plazo

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