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Viviendas entregadas a familias rurales consideran recintos anexos para sus actividades productivas

El Plan de Emergencia Habitacional se desarrolla con excelentes resultados en la Región del Maule, alcanzando ya un 74% de la meta impuesta por el Presidente de la República, Gabriel Boric, y que al fin de su mandato debe asegurar la vivienda para 16 mil 667 familias en la región.
Este desafío no solo se ejecuta en los radios urbanos y ciudades, sino también en las localidades rurales de San Diego Norte y Villaseca, en las comunas de San Clemente y Retiro, respectivamente.
En ambos lugares, SERVIU entregó las obras finalizadas a un total de 73 familias organizadas en comités habitacionales y cuyos proyectos fueron financiados con el Programa de Habitabilidad Rural de MINVU.
Para la Directora de SERVIU Región del Maule, Paula Oliva, este tipo de iniciativas buscan mejorar la calidad de vida de las familias, quienes en su mayoría se dedican a la agricultura y trabajan cerca de sus hogares.
“Un subsidio en zonas rurales tiene varias particularidades y lo más importante es su pertinencia respecto a la forma de vida de las personas en zonas rurales. ¿Es un desafío? Claro que sí. Es un desafío poder llegar con esa pertinencia en zonas rurales con los subsidios habitacionales que tenemos, ya que muchos de ellos son antiguos, asignados antes de la pandemia. Estos proyectos habitacionales se vieron enfrentados a muchas dificultades para haberse materializado”.
“El desafío es buscar la manera estratégica de poder abordar no solo las iniciativas que tengamos desde este gobierno, que ha sido la premisa del Plan de Emergencia Habitacional del Presidente Boric, sino también recoger todas aquellas iniciativas que no fue posible materializar en periodos anteriores y ver cómo hacer para que se traduzcan en el compromiso de entregar una vivienda”.
ALTO ESTÁNDAR
Lograr la casa propia con arraigo local es esencial para las familias de las comunas rurales. Por ello, la materialidad de las viviendas entregadas en Retiro y San Clemente considera albañilería reforzada, divisiones interiores en madera, revestimientos diferenciados para zonas secas y húmedas, cerámica en piso de baño y cocina, techumbres de madera y cubierta de zinc-alum.
Las viviendas cuentan con distintas dimensiones para responder a las características de cada grupo familiar, con superficies desde los 55 a los 76 metros cuadrados distribuidos en porche, corredor, estar, comedor, cocina, baño y dos o tres dormitorios.
Algunos modelos consideran una bodega de 22 metros cuadrados para guarda de cosechas y herramientas agrícolas, y otras viviendas suman 13 metros cuadrados para un recinto productivo como almacén, taller de artesanías o microemprendimientos.

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