NACIONALREGIONAL

Brazas a Ceñir (I)
Quizás muchos se pregunten porque se celebra o conmemora el 21 de mayo

La visión de un pueblo agredido por dos naciones poderosas en aquellos tiempos en los cuales detonó la guerra con la Confederación Perú-Boliviana, tiempos en que Chile estaba empobrecido en muchos recursos gracias a las guerras que se venían sucediendo cada cierto tiempo en nuestras fronteras como fueras de ellas, fuerza por la Independencia de Chile como otras guerras civiles y territoriales que involucraban defender nuestra soberanía como los recursos que Chile poseía.
Tal como lo expresara el Diputado de la Cámara de Diputados, Enrique Mack Iver, sobre los sacrificios y significancia de esta defensa sobre la Guerra del Pacífico, «si nosotros las futuras generaciones valoraríamos los grandes sacrificios a los cuales hombres y mujeres se han comprometido a defender a la patria ante tan grandes poderíos de la epoca que casi fueron tres las naciones que se embarcan en una guerra que habría sacrificado el trabajo constante de nuestras mujeres por uniformes pertrechos como defender la nación desde sus propios hogares, es la Nobleza de Chile igualada a la silueta de la pasión que imprimen nuestras mujeres y nuestros soldados que en cada defensa por la honra y soberanía que al blandir de nuestras espadas dan más viveza a la defensa férrea de nuestra inmaculada bandera e intrépidos esfuerzos de nuestros jóvenes soldados con el coraje de su juventud y niñez darán los frutos de los grandes sacrificios que hoy Chile se priva para heredar a las futuras generaciones un Chile libre del anárquico opresor. Si los grandes costos de la Independencia de Chile y de la soberanía chilena sobre las costas que baña el Océano Pacífico sean el valor de nuestros emblemas patrios demos a Chile la Grandeza de ir nosotros a defender nuestra patria y no ser meros espectadores de la batalla que en el norte se libra.
Muchos fueron los actos, que se pueden decir de nuestros héroes Chilenos, tras el Combate Naval de Iquique, pero quienes estuvieron en compañía del Capitán Prat en la Esmeralda o en la Covadonga, aquel 21 de Mayo, fueron: el Ayudante de Cirujano, Germán Segura González, de Huerta de Maule, quien falleciera en Linares en 1920; El Marinero 1° Idelfonso Álvarez Rojas de la Ciudad de Talca; Marinero 2° Ruperto Canales Torrés, de Constitución; Grumete Ceferino Carrasco Palma, de Constitución; Marinero 2° José Guzmán Jorquera, de la Ciudad de Parral; Mozo de Cámara José Ángel Rojas Rojas, de Putú, Comuna de Constitución; Soldado Manuel Díaz Córdova, de la Ciudad de Talca; Soldado José Díaz Ávila, de la Ciudad de Talca; y el Grumete José Amigo Amigo, de la Ciudad de San Javier de Loncomilla, todos estos quienes quedarán inmolados en la Rada de Iquique.
Todo hombre que pudiera cargar un rifle tenía el deber de ir a la guerra, pero a diferencia de esta normativa establecida en tiempos de guerras antiguas, existieron los Batallones de Constitución, Linares, San Javier, Parral, Talca existente hoy en día y un denominado «Batallón de Pata Rajada», llamados despectivamente por las filas de oficiales de la época pero quienes llegaban desde lugares muy distantes solo haciendo su trayecto a pie donde su apodo se deriva de las herida heridas, que estos valientes soldados, se enlistaban aquellos nobles campesinos que desde los lugares más apartados de las regiones del sur, para embarcarse en los puertos al norte del Río Maule, llegaban por caminos costeros, valles o huellas cordilleranas hasta Valparaíso en cualquier nave que pudiese contener el peso de 100 hombres.
Chile un país marítimo
por excelencia
Características del Territorio Marítimo.
La Costa Chilena tiene una extensión de 6 mil 400 treinta y cinco kilómetros de costa, son 4 mil trecientos kilómetros continentales, se divide en una zona o país tricontinental, comprende tres zonas geográficas. La primera Chile Continental, comprendidas una franja en la Costa Occidental del Cono Sur, entre los paralelos 17°29´57 S y 56°32´12S, principalmente desde la rivera suroriental del Océano Pacífico hasta las cumbres más altas de la Cordillera de Los Andes k444, Alcanzando una largo de 4 mil 270 kilómetros un ancho de 445 km en los paralelos 52°21´S, y un mínimo de 90 km, en el paralelo 31°37´S, totalizando un total de 7 mil 800 un kilómetros de fronteras terrestres; sumado el Paso Drake al Sur.
La segunda es Chile Insular, es un conjunto de islas de origen volcánico en el Océano Pacifico Sur, El Archipiélago de Juan Fernández y Las Islas Desventuradas, La Isla Salas y Gómez y por último la Isla de Pascua o Rapa Nui. Mientras que la Tercera Zona es el Territorio Antártico, ubicada entre los paralelos 53° O y 90° O, con una superficie de un millón 250 mil , 257,6 Km. Prolongando su territorio hasta el Polo Sur, prolongando su límite meridional, solo respetando el acuerdo del Tratado del Ártico, del que Chile es signatario.
Dentro de los 6.435 kilómetros de Costa, Chile además posee o ejerce derechos exclusivos, reclamaciones de diverso grado y soberanía sobre su espacio marítimo, llamado Mar Chileno, este comprende cuatro zonas el «Mar Territorial» 120.827 km., la «Zona Contigua», de 131.669 kilómetros, la «Zona Económica de 3.681.989 kilómetros y la correspondiente a la «Zona o Plataforma Continental».
Origen primitivo de los
habitantes de las costas
A lo largo de la Costa Maulina, de Constitución al Itata, vivieron unas tribus de pescadores Seminómades, Los Changos Ictiófagos, que se extendieron por todo el litoral, quienes se dedicaban a la recolección de algas y a la pesca; los que empleaban en sus faenas de pesca, medios muy rústicos y habitaban en ranchos de paja o ramas, cubiertos por cueros de lobos, algas secas; huiro y cochayuyo.
LA INVASIÓN INCAICA: Túpac Yupanqui XIII, Inca del Perú, Reino entre los años 1465 a 1488, Termino en el Cuzco el Templo del Sol y extendió su Conquista hasta el Río Maule al Norte, más haya del valle de Chili y al Norte hasta Angasmayo ene l reino de Quito.
Las primitivas embarcaciones que poseían nuestros pueblos originarios eran de maderos calados con puntas de piedras y rocas filudas, posteriormente eran hechas con albatros y cueros de lobos
La invasión inca llego a situarse por mar hasta Rapa Nui en su misión de Conquistar el mar y riquezas que hubiesen en los territorios conquistados, misma ambición que se apodero de los españoles, el poder de la Época de la Invasión Inca fue un fuerte aprendizaje de los pueblos originarios, quienes vivieron su primera acercamiento con una poderosa fuerza naval como la de los Inca.
Los Promaucades, Promaucaes o sencillamente llamados Purrumaukaes, en lengua nativa.
Los Promaucades; se situaron entre el Maule y el Itata; Descritos Por Alonso de Ercilla como; «bravos, soberbios, prósperos y valientes»; quienes rechazaron a las fuerzas del Inca Huina Cápac, en la parte sur del Maule, Causándoles enormes pérdidas y la muerte de muchos Orejones, obligándolos a retroceder y replegarse, hasta la ribera norte del Río Maule, donde finalmente fijaron el límite del Imperio Incaico.
Pero lo aprendido tras invasión inca hizo comprender a los pueblos originarios que no tan solo el poderío de pueblos ajenos a nuestro territorio no tan solo era por tierra sino por mar haciendo un uso letal sobre las huestes y filas que en aquella época ya eran primitivas en sí.
La primera lección aprendida fue cuidar de los afluentes de agua y protegerse y vivir protegiendo los que fueran navegables comandados por los hombres más fuertes y sabios de los cuales la mayoría de los cauces llevan sus nombres. Ya que no solo se enfrascan en una lucha por defenderse de los Incas sino también de los mapuches que invadieron el territorio y diezmaron más aún las fuerzas de los promaucaes, que defendieron el territorio sur de Chile y el Maule y la erradicación de los incas desde suelo primitivo de Chile.
La tradición marinera española en las principales comarcas de Chile se instauraron astilleros que permitieran el avance español. Con la llegada de Diego de Almagro a Bordo del Santiaguillo y del Descubrimiento de Chile, se pasa a otra Era, tras la llegada de Pedro de Valdivia quién venía dispuesto a Conquistar Chile a cualquier costo, incluso con su vida, como así sucedió. Pero este no venía solo lo hacía en compañía del navegante y almirante, Juan Bautista Pastene de Origen Italiano.
El establecimiento de Juan Jufre de Loaiza y Monteza, en las márgenes norte del Río Maule, hizo que la tradición marinera en Chile creciera. Los Astilleros Mauchos, tuvieron renombre en todo el litoral y en Europa. La tradición de los Jesuitas se extendió en todos los puertos de Chile hasta que fueron expulsados en 1871.
Génesis de la Tradición
Marinera en Chile
La Armada de Chile, es tan antigua como la nación, ya que los esfuerzos por conformar una Fuerza Naval propia, coinciden en el tiempo con la emancipación de la Corona española, a contar de 1810.Uno de los principales artífices de este proceso, junto al General José Miguel Carrera, fue el General Bernardo O’Higgins, reconocido como el gran impulsor del Poder Naval chileno, al abogar tempranamente por el valor del dominio del mar, tras haber tendió una formación en Inglaterra, al ser hijo de Ambrosio Higgins de Origen Irlandés, tuvo una época de formación en suelo inglés, para consolidar a Chile como nación independiente. Expresando: «Sobre estas cuatro tablas, depende la Independencia de Chile». Especialmente significativa es la frase que se atribuye al prócer luego de la Batalla de Chacabuco, en 1817, ocasión en que afirmó: «este triunfo y cien más se harán insignificantes si no dominamos el mar». Además, manda en la ocasión a defender el principal Puerto de la Región del Maule, para asegurar el comandar la victoria de Chile sobre los españoles, donde los astilleros mauchos juegan un rol preponderante en la refacción de las embarcaciones y el aligeramiento de sus cascos para darle mayor velocidad a las naves, dentro de una de las primeras naves de la Armada se le bautiza como Constitución.
Destacan las figuras del Vice Almirante Manuel Blanco Encalada y del Ministro de Guerra y Marina, Ignacio Zenteno, artífices en la formación de la Primera Escuadra Nacional y la Academia de Jóvenes Guardiamarinas, en 1818, primer plantel formador de Oficiales y antecesor de la actual Escuela Naval «Arturo Prat». Época que también donde se fortalecen las estrategias de defensa y constitución de la primera escuadra nacional, creación de la primera estructura logística de apoyo a la flota y conformación del Cuerpo de Infantería de Marina. Una de las acciones de mayor relevancia fue la captura de la fragata española «Reina María Isabel», el día 28 de octubre de 1818, en Talcahuano, y siete transportes de la corona en las dos semanas siguientes, hecho que contribuyó a neutralizar los esfuerzos realistas por retomar el control de la costa chilena.
El Aporte del Almirante Inglés, Lord Thomas Alexander Cochrane, quién fue contratado para comandar la Escuadra y darle una estructura definitiva y profesional a la Armada. Bajo su mando, la Escuadra Nacional fue decisiva para afianzar la independencia de Chile en el sur del país, con la toma de los fuertes de Corral y Valdivia, en 1820 y neutralizar el poder colonial español en esta parte del Pacífico, mismo año donde se desarrolló el envío de la expedición libertadora del Perú. La Escuadra trasladó al Ejército Libertador con 4.430 efectivos entre chilenos y argentinos, al mando del General José de San Martín, desembarcaron en el país del norte, siendo el primer desembarco anfibios en las guerras del mundo. Ataque por tierra y mar, que logró la liberación del yugo español sobre Perú. Las diversas acciones bélicas del Almirante Cochrane con un ataque audaz e incansable sobre las fuerzas navales españolas y su comercio, alcanzando hasta California, contribuyendo decididamente a lograr la independencia del Perú y a impedir los intentos realistas de recuperar el Perú. Notable estratega naval, imprimé el profesionalismo en la Institución Naval y sus estrategias la proyectó como una Armada oceánica, capaz de innovar una visión estratégica que ha perdurado hasta el presente. Al mismo tiempo, implementó usos y costumbres de la Marina Real Británica, que fueron asimilados muy pronto por las dotaciones.
La liberación total del territorio chileno se logró en 1826, con la rendición del último bastión realista en la isla de Chiloé la Escuadra Nacional demostró su importancia durante la Guerra contra la Confederación Peruano- Boliviana (1836-1839), contribuyendo a la victoria de las armas chilenas al asegurar el completo dominio del mar.
Este objetivo se alcanzó en el Combate Naval de Casma, el 12 de enero de 1839, ocasión en que los buques chilenos comandados por el Capitán de Fragata Roberto Simpson vencieron a la flotilla del corsario Juan Blanchet, quien servía al gobierno confederado del Mariscal Andrés de Santa Cruz. El rol de la Armada en la integración de los territorios más alejados quedó de manifiesto con la Toma de Posesión del Estrecho de Magallanes, el 21 de septiembre de 1843, objetivo que hasta esa fecha no se había concretado debido a la dificultad de las comunicaciones y a la enorme distancia que lo separaba de los principales centros poblados de la zona central de Chile.
Esta empresa fue encomendada al Capitán de Fragata Juan Williams Wilson, quien zarpó desde Chiloé con la goleta «Ancud» para cumplir la doble tarea de incorporar definitivamente ese paso bioceánico a la soberanía chilena y fundar el primer asentamiento humano de la zona el 21 de septiembre de 1843. Este fue bautizado como Fuerte Bulnes y posteriormente fue creada la ciudad más austral del territorio continental americano, Punta Arenas, en la ribera norte del Estrecho de Magallanes.
La Guerra contra España, sostenida por Chile y Perú entre 1865 y 1866, fue ocasión para que entraran en la historia naval chilena importantes figuras. Tal es el caso del Capitán de Fragata Juan Williams Rebolledo, posteriormente Comandante en Jefe de la Escuadra, quien venció y capturó a la goleta «Virgen de Covadonga» sin contar ni una sola baja en su tripulación, durante el Combate Naval de Papudo, el 26 de noviembre de 1865. Este conflicto fue la oportunidad en que recibió su bautismo de fuego la generación de marinos que pasaría a la historia como el «Curso de los Héroes». Aquí figura el máximo héroe naval de Chile, Capitán de Fragata Arturo Prat, junto a otros como Carlos Condell, Juan José Latorre, Luis Uribe y Jorge Montt.
En el Combate Naval de Abtao, durante ese mismo conflicto, lucharon en un mismo bando dos jóvenes Oficiales, Arturo Prat, de Chile; y Miguel Grau, de Perú, quienes más tarde se convertirían en los máximos héroes navales de sus respectivos países. Una de las últimas acciones de esta guerra fue el bombardeo de la Escuadra española contra Valparaíso, ocurrido el 31 de marzo de 1866, en momentos en que no había buques de la alianza americana para defender el puerto.
Este ataque fue factor desencadenante para la posterior instalación de artillería de costa, en distintos puntos de la ciudad. La década de 1870 tuvo una gran relevancia debido a la sucesiva incorporación de unidades de mayor tonelaje y poder de fuego, como fue el caso de los blindados «Blanco Encalada» y «Cochrane». Estos dos navíos se enviaron a construir a Gran Bretaña en 1872 y representaron un gran hito para la Armada, que hasta el momento había basado su flota en unidades con casco de madera, de menor tamaño y artillería.
La Guerra del Pacífico, que a comienzos de 1879 enfrentó a Chile con Perú y Bolivia, fue una oportunidad en que quedó demostrada la importancia de contar con un Poder Naval adecuado a las necesidades del país. Este conflicto se caracterizó por la relevancia que adquirieron las líneas de comunicación marítima, ya que las tropas debían combatir en un escenario extenso y desértico, dependiendo en gran medida de los abastecimientos que les podían llegar por vía marítima. Esto hizo que el triunfo en esta guerra fuera alcanzado por Chile sólo después de asegurar completamente el control del mar, objetivo que se consiguió luego de los primeros siete meses de operaciones.
El Combate Naval de Iquique, ocurrido el 21 de mayo de 1879, fue una de las acciones más decisivas de la guerra, debido al ejemplo entregado por el Capitán de Fragata Arturo Prat Chacón, Comandante de la Corbeta «Esmeralda», junto a su dotación, quienes se enfrentaron en manifiesta desventaja de fuerza a las unidades peruanas que los atacaban, combatiendo hasta el final y hundiéndose sin arriar su pabellón. El Comandante Prat saltó heroicamente al abordaje del Monitor peruano «Huáscar» mientras éste lo embestía. Su muerte, y la de la mayor parte de sus hombres, conmovieron a la opinión pública chilena y estimuló en gran manera el sentimiento patriótico de marinos y soldados, contribuyendo de manera significativa a la victoria en este conflicto.
De manera paralela al enfrentamiento entre la «Esmeralda» y el «Huáscar», se produjo el mismo 21 de mayo de 1879 el Combate Naval de Punta Gruesa al sur de Iquique, entre la fragata blindada peruana «Independencia» y la goleta Chilena «Covadonga», comandada por el Capitán de Corbeta Carlos Condell de la Haza… Mientras era atacado por un buque de mucho mayor tonelaje y artillería, Condell condujo a su unidad muy cerca de la costa, lo que hizo varar a la fragata «Independencia» y quedar neutralizada sobre las rocas al intentar abordar a la «Covadonga». Esto representó un gran golpe para la Marina del Perú, que perdió así uno de los más grandes y valiosos navíos de que disponía para enfrentar a la flota chilena.
El dominio completo del mar por parte de las fuerzas chilenas fue alcanzado luego de la Batalla Naval de Angamos, el 8 de octubre de 1879. En esta ocasión, dos grupos de tarea chilenos lograron vencer y capturar al monitor peruano «Huáscar», principal obstáculo para mantener libres las comunicaciones marítimas en el teatro de operaciones del norte. Durante el enfrentamiento perdió la vida el Comandante del navío peruano, Contraalmirante Miguel Grau. Los buques chilenos que encabezaron esta acción fueron los blindados «Blanco Encalada», comandado por el Comandante en Jefe de la Escuadra, Capitán de navío Galvarino Riveros, y «Cochrane», al mando del Capitán de Fragata Juan José Latorre.
El Comandante peruano Miguel Grau y los muertos de su tripulación fueron enterrados con honores, y el «Huáscar» fue reparado, para seguir combatiendo en la guerra por parte de Chile. Se destacó más tarde en el cañoneo de Arica, el 27 de febrero de 1880, donde su Comandante, Manuel Thomson, encontró la muerte. El «Huáscar» se mantuvo en servicio hasta 1901, siendo posteriormente convertido en reliquia histórica, como homenaje a los tres valerosos Comandantes que cayeron en su cubierta. En esta condición se mantiene aún en la Base Naval de Talcahuano.

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