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En los últimos cinco años
Superficie devastada por incendios forestales supera en un 42% el promedio

La situación es crítica, advierten diversos expertos, que avizoran meses complejos para el combate de estas emergencias debido a la sequía. En lo que va de la temporada, que se inició en julio, se han quemado 28.080 hectáreas, en un total de 2.336 siniestros a lo largo del país.
Las regiones de O’Higgins, Ñuble y La Araucanía han sido el epicentro de los últimos siniestros de envergadura registrados en la denominada «temporada de incendios», que vienen a engrosar las alarmantes cifras por las que atraviesa el país, sobre todo si se compara con los últimos años. El momento actual es crítico.
«Hoy estamos con 179 incendios activos a lo largo de todo el país. Varios de ellos -cerca de 30- con combate importante. Esta es una situación que nos acompaña desde Valparaíso hasta Los Lagos con incendios de gran magnitud, especialmente los que estamos viendo en O’Higgins, Ñuble (Quillón), con cerca de 1.600 hectáreas, y el incendio más grande que tenemos actualmente es en La Araucanía, en Los Sauces-Angol, con cerca de 10 mil hectáreas», resumió María Emilia Undurraga, ministra de Agricultura.
Hasta el cierre de esta edición, se mantenían en alerta roja las comunas de Requínoa, Machalí, Quillón, Los Sauces, Angol y Puerto Montt, y en alerta amarilla Ercilla y Castro. Chile está en crisis forestal y así coinciden también los expertos.
«Este es uno de los peores momentos en Chile en cuanto a incendios, a excepción de los megaincendios de la temporada 2016-17, donde tuvimos aumentos de temperatura, olas de calor que propiciaron los incendios más grandes de la historia hasta la fecha», dice Ariel Muñoz, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia, académico del Instituto de Geografía de la UC de Valparaíso y doctor en Ciencias Forestales. Y agrega: «Ahora estamos en situación paradójicamente similar, pero incluyendo también ecosistemas más al sur, donde suele haber más humedad, lo cual es completamente alarmante. Ya no hay prácticamente lugares donde crece vegetación que no estén en riesgo, por ende estos incendios de grandes magnitudes».
Raúl Valenzuela, académico del Instituto de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Estatal de O’Higgins e ingeniero en Recursos Naturales Renovables, va incluso más allá: «Lo que nos ha estado mostrando el cambio climático es que lamentablemente cada año puede ser peor. Ya tuvimos los megaincendios el 2017 y creo que no es poco probable que se repita ese escenario, de múltiples incendios, de grandes extensiones quemadas. La cosa se va a mantener o va a empeorar si es que las temperaturas globales siguen aumentando y los patrones meteorológicos cambian definitivamente».
Por su parte, Jorge Carrasco, meteorólogo, máster en Cambio Climático y académico de la Universidad de Magallanes, cree que es «difícil decir» si es que esta temporada superará la del año 2017 (solo en el segundo semestre de ese año resultaron afectadas 64.811 hectáreas), pero el cambio climático «nos indica que estas condiciones propicias para la propagación de incendios irán aumentando hacia el futuro, al corto, mediano y largo plazo».
Si se observa la información del Sistema de Información Digital para el Control de Operaciones de Conaf, dependiente del Ministerio de Agricultura, el número de incendios que se han producido esta temporada -que va entre el 1 de julio al 30 de junio del año siguiente-, así como las hectáreas afectadas,  al cierre de esta edición ya superan largamente el promedio del último quinquenio.

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