COMUNALREGIONAL

En la Región del Maule, iniciamos un trabajo de propagación de árboles nativos con el segundo grupo de interés, que son las personas privadas de libertad

Es una de las instituciones chilenas que se destaca por efectuar en terreno, grandes proyectos de reforestación de árboles nativos en todo Chile. Localizar a su director ha sido una auténtica proeza, pero cuando dimos con él, gustoso aceptó participar de esta entrevista mientras trabaja en una de sus iniciativas, en las islas de Chiloé en el sur de nuestro país.
Se trata de Alvaro Sandoval Fedelli, presidente de la Fundación Núcleo Nativo, que nació como tal en el año 2014 para fortalecer la biodiversidad, a partir del rescate de árboles nativos cultivados en viveros a cargo de mujeres adultas mayores de comunidades rurales vulnerables de todo el país.
Actualmente, la organización ejecuta dos emblemáticos proyectos en la región del Maule y en la región de Los Lagos, como una manera de incentivar el cuidado y la conservación de los recursos naturales.
¿Cómo han logrado mantener los programas de restauración ecológica y social en distintas partes del país?
Ese es el gran objetivo, y el propósito a lograr. El trabajo es vinculando, haciendo redes y con participación. La base de los proyectos está en las personas, familias, comunidades e instituciones u organizaciones. Plantar es un acto que requiere mucho más que el acto puntual de hacer la taza, poner el árbol y taparlo. Es una tarea de años, desde la colecta de semillas, siembra y proceso propagación, cuidados y mantención por 2 ó 3 años y ahí la historia del árbol recién comienza para una comunidad.
Requiere que como personas comprendamos más y mejor la problemática y lo potente de aportar a ecosistemas más sanos. En ellos, siempre hay personas, no importa dónde estén plantados los árboles… Es inseparable el rol humano en este proceso, por ello que crezca y se mantenga, depende directamente de cuánto y cómo nos involucramos, con nuestras acciones y hábitos cotidianos en un proceso, no solo en un acto.
¿Cómo ha resultado uno de sus proyectos emblemáticos en Chiloé?
Nuestra gran escuela de trabajo está en los territorios, con las personas, organizaciones, comunidades y distintos actores. Hoy vamos al noveno año, y desde sus inicios aún son parte 4 mujeres que han aportado con su trabajo y cariño, con más de 100 mil árboles a proyectos en la isla y el continente. Podríamos decir hasta ahí, que ha sido exitoso, sin embargo no está libre de problemas y desafíos que hemos podido ir resolviendo de a poco y en conjunto, y como todo proyecto siempre hay nuevos.
Lo más relevante no está en la cantidad de árboles, más bien está en la experiencia de las viveristas y la comunidad que ha visto el efecto tanto en sus viveros como en los árboles que de a poco hemos ido plantando en espacios valorados por ellos, en sus escuelas, plazas, iglesias y casas y proyectos más grandes de reforestación, que aportan a otras comunidades en resolver problemáticas hídricas, por ejemplo, o aportando a la biodiversidad y recuperación de espacios antiguamente explotados por ganado. Historias ya son muchas, pero lo más relevante es ver cómo lentamente se ha logrado transmitir la necesaria y urgente tarea de cuidado y fortalecimiento de los bosques, aún cuando continúan actividades de extracción para leña, muchas de ellas ilegales, un brutal aumento de parcelaciones, la mayoría con ningún cuidado al entorno ni salvaguarda de futuros espacios que albergaron a cientos de familias y personas, donde no había nadie. Ese impacto en la flora y fauna, es gigantesco.
La tarea no la podemos detener, por los que vienen, los que aún estamos, el futuro.
¿Qué aspectos han resultado más relevantes de su integración a sus iniciativas con la Región del Maule?
En la región del Maule, iniciamos un trabajo de propagación con el segundo grupo de interés, que son las personas privadas de libertad. En el Centro de Trabajo y Educación de Gendarmería, se realizan diversas actividades en torno a oficios los cuales van adquiriendo a través de capacitación y trabajo, aportando a su proceso de reinserción social y la posibilidad de apoyar económicamente a sus familias. Dentro de estos oficios, realizamos durante 5 años con diversos equipos de viveristas, la propagación de más de 50 mil plantas, aportando a proyectos en la región del Maule y otras aledañas.
Tal como en los ecosistemas, el proceso de propagación tiene la riqueza de aportar en la restauración social y personal, logrando grandes cambios en quienes han entregado tiempo, energía y por sobre todo cariño.
El equipo de viveristas, que han sido parte del proyecto en estos años, ubicadas entre Nirivilo, Rinconada, Huinganes, Papalillo y camino a Empedrado, todas afectadas por los incendios de 2017. Esta iniciativa, busca también, que sientan que hacen algo importante, por un entorno que conocen desde que nacieron.
Ellas y ellos, en conjunto, han generado más de 120 mil árboles, donados a proyectos vecinos de la región y otras zonas del centro del país. ¿Cómo no va a ser satisfactorio saber que gracias a su noble entrega, han aportado a este relevante proceso de restauración en más de 250 puntos de la zona central?
¿Qué desafíos tienen determinados para este año 2023?
Nuestro principal desafío está puesto en la continuidad del proyecto Maule, y consolidar un equipo en Los Lagos, además de la participación en proyectos enfocados sobre todo, a políticas públicas, en el entendido que es un propósito en el que como Estado, debemos aportar, sumar y colaborar. Gran parte de este objetivo, nos corresponde como ciudadanos.
Estamos avanzando en un nuevo acuerdo a nivel nacional con Conaf y ya tenemos un convenio con el Ministerio del Medio Ambiente y municipios desde Valparaíso a Los Lagos, con los cuales podemos forjar un trabajo con destinos técnicamente cada vez más sólidos, aportando a la sanidad de ecosistemas dañados, con comunidades involucradas en el proceso de restauración. Todo esto, bajo la profunda convicción que es un trabajo colaborativo y participativo. No vemos otro camino, para la mejora que necesitamos, en los ecosistemas del futuro.
¿ Cómo ha sido la experiencia de trabajar con los/las viveristas?
Son el corazón de esta causa. Ellas y ellos, entregan no solo árboles, si no que dedicación, energía y una cantidad de cariño enorme. Sus viveros son el reflejo de su dedicación a este propósito y sus «hijos», como muchas se refieren a los árboles, que desde semilla han logrado crecer hasta su plantación.
Tanto el equipo en terreno, como los que trabajan desde Santiago, buscamos que el proceso para ellas sea significativo, en lo personal y colectivo.
¿Qué importancia tiene la participación de las escuelas, comunidades y familias considerando las diferencias territoriales, climáticas y ambientales?
Los ecosistemas no tienen límites, ni entienden de regiones o comunas y sus complejidades están entrelazadas. No podemos hablar de bosque, sin hablar de agua o tierra, ni de tierra, sin hablar de ríos, lagos, mar, fauna y flora diversa. Todo está unido e influyen entre si, positiva o negativamente… depende de lo que nosotros, quienes vivimos en él, hagamos.
Lo que como seres humanos impactemos en la naturaleza, negativo o positivo, no es solo para uno, es sin duda alguna, para todos. Por eso partimos desde las personas, sus familias, las organizaciones y espacios valorados. Es un trabajo micro para un objetivo macro, que lentamente aporta mucho más allá del espacio inmediato en el que habitamos.
¿Qué es lo más complejo de resolver en cada proyecto, la instalación y desarrollo del mismo, la conformación de los equipos o la colaboración de las comunidades?
Los factores que inciden en lograr concretar un proyecto, son varios y requieren de tiempo para lograr hacer las calzar las partes. Dedicación en la parte administrativa y el territorio, donde los tiempos son menos controlables, o el clima nos puede alterar una programación de un momento a otro, y todo lo que nos involucra como personas. Somos humanos.
Pero diría que lo más complejo ha sido demostrar tanto al mundo público como privado e incluso a las comunidades, que lo colaborativo en redes y alianzas, y el trabajo desde los territorios aunque sea más lento, nos da las garantías necesarias y a largo plazo, para establecer modelos de convivencia territorial de respeto y de fortalecimiento de confianzas, tan frágil y tan dañada, pero conociendo al otro, valorando al otro, escuchando al otro. A veces sólo falta generar el espacio adecuado para juntar necesidades e intenciones, que en muchísimos casos, son las mismas.
¿Dónde se les puede contactar para conocer en detalle el trabajo que efectúan en terreno?
Lo más simple, es en nuestras redes sociales, web o si fuese necesario, nuestro mail para juntarnos a conversar. La dirección es : Fundación Núcleo Nativo www.nucleonativo.cl Instagram: nucleo_nativo, concluyó.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *