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Servicio de Reinserción Social Juvenil inicia su implementación en la Región de Maule

Este lunes 13 de enero, y tal como lo establece la ley, se inició formalmente la segunda etapa de la puesta en marcha del Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil, con su llegada a las regiones del sur comprendidas entre Maule y Magallanes.

La ceremonia, realizada en el Centro de Internación Provisoria y Régimen Cerrado (CIP-CRC) de Talca, estuvo encabezada por el subsecretario de Justicia y Derechos Humanos, Ernesto Muñoz, quien estuvo acompañado por la directora nacional del Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil, Rocío Faúndez. El hito de implementación en la región contó además con la presencia de directores y directoras de los servicios públicos de la región, representantes de los organismos acreditados, de la sociedad civil, jóvenes del centro, funcionarios y funcionarias, y todos quienes son parte  del sistema de justicia juvenil.

El servicio atiende a jóvenes entre los 14 y 17 años, que han tenido conflicto con la justicia, y en el marco de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente.

EL subsecretario de Justicia y Derechos Humanos, Ernesto Muñoz, sostuvo que «este nuevo servicio se convierte en la piedra angular de un sistema de Justicia Penal Juvenil que busca no solo sancionar, sino también rehabilitar y reintegrar socialmente a las y los jóvenes, porque sabemos que detrás de cada medida hay una historia, una vida que merece ser escuchada y guiada hacia un futuro lleno de oportunidades. El servicio que estamos implementando hoy en Maule y toda la zona sur es parte de un proceso histórico que reconoce la dignidad y los derechos de adolescentes y jóvenes».

En tanto, la directora nacional del Servicio de Reinserción Social Juvenil, Rocío Faúndez, añadió que «este es un servicio en que el nivel regional tiene una importancia muy grande; tenemos el mandato de trabajar personalizadamente con las y los jóvenes y eso implica conocer su territorio, su contexto, su historia. El desafío es cómo este servicio logra  intervenir con los jóvenes de una complejidad más baja, ofreciéndoles una serie de  herramientas educacionales, laborales, entre otras, pero también cómo trabajamos con el  grupo  de quienes han cometido delitos más violentos y que requieren un trabajo más específico aún».

La instalación del servicio se diseñó en tres etapas, con el propósito de ir generando experiencia y fortaleciendo las relaciones entre las distintas instituciones que son parte del sistema de justicia juvenil.  La primera etapa comenzó en 2024 con la implementación en la zona norte, sigue ahora con la puesta en marcha en la zona sur, y la etapa final será en enero de 2026, con la incorporación de las regiones de Valparaíso, Metropolitana y O’Higgins, momento contemplado para el cierre definitivo del Servicio Nacional de Menores (Sename).

En torno a los principales cambios del servicio son:

  • Modelo de financiamiento: Ya no es a través del sistema de subvenciones, sino que ahora se hace a través del sistema de compras públicas, que permite entregar los recursos necesarios a los organismos acreditados para que cumplan sus labores con altos estándares de calidad.
  • Servicio especializado: La atención es especializada y personalizada, ya que cada joven cuenta con un plan de intervención individual, que de acuerdo con organismos internacionales es la estrategia más eficaz para la reinserción. A su vez, aumentan la cantidad de profesionales en las regiones, lo que permite una mejor atención.
  • Trabajo estatal integral: El Estado en su conjunto, a través de distintos ministerios y servicios, tiene la obligación de asegurar el acceso de las y los jóvenes a las prestaciones que requieran para su reinserción, en áreas como educación, capacitaciones, salud y tratamiento del consumo problemático de alcohol y otras drogas, entre otras áreas prioritarias.
  • Mediación Penal Juvenil: permite que víctima y joven acuerden una forma de reparar el daño, guiados por un mediador, transformándose en una oportunidad para el aprendizaje y el cambio. Ya hay experiencias exitosas en el norte en esta línea.
  • Acompañamiento postegreso: Es una nueva herramienta donde el joven, en forma voluntaria, puede solicitar un proceso de acompañamiento una vez que haya cumplido su sanción para apoyarlo con los soportes que requiera, tales como redes en la comunidad, fuentes de ingresos o un lugar para vivir. Su duración máxima es de 6 meses, que es justamente un periodo particularmente crítico en los procesos de reinserción.