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Sacando la cara
Alberto Abarza gana Oro Paralímpico

Hace rato que venía ganando en mundiales y fue el amo y señor de las aguas en los últimos Juegos Parapanamericanos de Lima. Ganó cinco medallas, tres de ellas de oro, y siguió ampliando su enorme colección.
Pero ¿Quién es Alberto Abarza? ¿Cuál es la enfermedad que con el paso del tiempo lo dejará postrado?
Este brillante deportista nacional cada vez que recibe un premio o halagos por su carrera, no demora en asegurar que “la vida es otra cosa y que está en otra parte”.
Hace más de 30 años, antes de convertirse en el mejor en lo que hace, el “Beto”, como le dicen sus cercanos, comenzó a mostrar los primeros síntomas del síndrome que lo ha dejado gran parte de su vida en silla de ruedas.
Charcot-Marie-Tooth se llama la enfermedad, la cual es degenerativa y va atrofiando poco a poco los músculos hasta dejar el cuerpo sin fuerzas y completamente postrado en una cama. En su adolescencia, por su condición física, Alberto lo pasó muy mal. “A los 15 años no hacía nada en todo el día. Dejé el colegio y no salí de mi casa por dos años. Pasé por una etapa de negación. No le veía el sentido a estudiar, si ni siquiera podía escribir”.
“Estuve encerrado dos años y me vino un bajón. Creo que mis padres jugaron un rol fundamental al no encerrarme en una burbuja, me dijeron que las cosas me iban a costar, pero me dieron las herramientas para sobrellevarl.
Salió de su pieza oscura, quería recuperar tiempo. Volvió a estudiar, se puso a trabajar en el Banco BCI, empezó una relación y tuvo una hija, Becciée Saray, que hoy tiene diez años. Volvía a tener momentos de felicidad. Sin embargo, poco antes de que naciera la niña, Alberto Abarza estuvo cerca de morir. Si la conversación con su padre lo sacó de la depresión, ese hecho le hizo enfocarse en lo que de verdad era importante.
Cuando se acercaba a la treintena, un entrenador que trabajaba en la Teletón le recomendó hacer natación. Partió como una terapia y devino en un éxito rotundo. Compite en la categoría S3, para personas que pueden bracear, pero sin uso de piernas o tronco. En 2017 se convirtió en el número uno del mundo y en apenas dos mundiales ha ganado 10 medallas. Es exitoso, aunque esa palabra le hace ruido.

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