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«Un Geoparque es un concepto de modelo de gestión territorial»

Abriendo nuestra visión acerca de la riqueza geológica que tiene nuestra región del Maule, nos encontramos con Felipe Orellana Solar, geólogo de la Universidad de Chile, magíster en Ciencias de la Tierra, mención Geología, y además, con estudios adicionales en «Reducción y Gestión en Riesgos de desastres» y un posgrado en la Universidad Católica. Es vicepresidente de la Sociedad Geológica de Chile, colaborador técnico de la Fundación Ciencia Ciudadana, y trabajó en el Ministerio de Medio Ambiente en la División de Educación Ambiental y Participación Ciudadana, en el departamento de gestión ambiental local, así que tiene bastante cercanía con el sistema de certificación ambiental municipal. También colaboró en el programa de Naciones Unidas para el desarrollo en materias medio ambientales.
¿ Cuáles son los objetivos que tiene la carrera de Geología dentro de la Facultad de Ciencias Básicas de la Universidad Católica del Maule?
Hay que poner esto en un contexto. La geología siempre se ha entendido como una carrera mineral. Nace en la Universidad de Chile en el año 1957, creada por Humberto Fuenzalida, que es como nuestro padre generacional, aunque es Ignacio Domeyko, el verdadero padre nacional de la geología. Hasta la década de los años noventa, principalmente se formaban hombres y con un fuerte acento minero. El tema es que en el año 2010 comenzó a ver una crisis minera y de la mano de esta situación casi en paralelo, una crisis económica, y llega a Chile mucho extranjero, especialmente español y de otras naciones latinoamericanas, para trabajar en la minería. Yo recuerdo que comencé a estudiar en el 2009, y ese año las mineras venían a sacar alumnos de quinto año – y sin estar titulados- empezaban a ganar sueldos por sobre el millón de pesos. Y esa realidad, fue cambiando. Los geólogos internacionales comenzaron a llegar y cobraban menos, y ya las mineras no venían a buscar estudiantes porque les llegaba gente titulada de otras partes y ahí la carrera entró en una crisis.Hubo que reorientar sus objetivos. Entonces. el geólogo del siglo XXI empieza a ver la temática internacional, con la Reducción de Riesgo de Desastres del 2015, el Acuerdo de Río del 2012, el Acuerdo de Estocolmo sobre Medio Ambiente firmado hace cincuenta años atrás y que inició el diálogo entre los países industrializados y en vías de desarrollo, sobre el vínculo entre el crecimiento económico, la contaminación del aire, el agua y los océanos y el bienestar de las personas en todo el mundo.
¿Entonces comenzó a cambiar el sentido que tiene estudiar geología?
En la década recién pasada, se empieza a discutir mucho un concepto que es bien interesante que se llama el antropoceno. Significa que es la época en que los humanos estamos dejando un registro palpable en el tiempo geológico. Una huella que no es bonita, llena de basuras, desperdicios, y en sí mismo, estamos viendo un nivel de desertificación, cambio climático y esta crisis ambiental-ecológica. Comienza a verse esta realidad antrópica y en el 2021, tenemos el sexto informe de los expertos donde se señala que, inequívocamente los seres humanos estamos generando un cambio en el clima de manera irreversible. Sumando todo eso, los geólogos empezaron a encontrar una nueva oportunidad. En el sentido de que, existen nuevas áreas de la disciplina de la Geología que van más allá del rubro minero, de lo que es la geología regional y el mapeo, que es entender, los fenómenos atmosféricos y climáticos como también los fenómenos terrestres, que están afectando a la tierra en estos momentos, y cómo nosotros podemos encontrar soluciones.
¿ En qué consiste el proyecto de Geo-parque que ustedes están desarrollando ?
Un geoparque auspiciado y coordinado por la UNESCO, es una iniciativa que se ha consolidado en los últimos veinte años a nivel mundial. La Red Global de Geoparques ( Global Geoparks Network), lo que busca es dar valor a la geodiversidad. En Chile, el primer Geoparque UNESCO que existe, es el Kutralkura, coincidente con las comunas de Melipeuco, Vilcún, Curacautín y Lonquimay, en la Región de la Araucanía. Ellos partieron en el año 2009, y recién en el año 2018, consolidan ser aceptados en la red mundial como Geoparque UNESCO. El proyecto geoparque Pillanmapu y busca fomentar el desarrollo local sostenible bajo un concepto holístico del manejo del patrimonio local y cultural, involucrando a seis comunidades locales en este proceso y que incluye, principalmente a San Clemente, Curicó, Romeral, Colbún, Linares y Molina. Se tratan de entender como un laboratorio natural de cordillera, asociado en gran parte a geoformas de montaña. Hay alrededor de 89 sitios de interés geológico entre estas seis localidades y 30 de ellas son formas volcánicas. Es relevante aparte que la Laguna del Maule es muy vistosa. Es interesante en alguna medida cómo podemos desarrollar esas geoformas en tránsito está el Paso Pehuenche, el Valle de los Cóndores, la Cascada Invertida, así como un sin número de geositios, como el Radal Siete Tazas.
¿ Está condicionado el geotur para promover nuestra región a nivel turístico sustentable ?
Justamente. Un geoparque es un concepto de modelo de gestión territorial. En el fondo, es replantearse la gobernanza que se genera en el territorio con los Municipios, la sociedad civil, los actores públicos, los privados, que se congregan para pensar y repensar cómo entendemos el territorio. Los geoparques se alinean muy bien con los objetivos de desarrollo sostenible. Al estar enfocados en esto, son herramientas para la resiliencia y para generar un nuevo modelo y que dialogan muy bien con este concepto de la Nueva Constitución. Es bien interesante como podemos plantear por ejemplo, darle una gestión a las cuencas hidrográficas, revalorizar ciertos espacios donde participan guías turísticos.
¿ Obliga de alguna manera a reordenar el paisaje e invertir en la construcción de miradores cordilleranos, caminos, sitios de camping ?
Totalmente y no sólo reservacionista, ya que tiene que ser enfocado a la educación formal y no formal. Aquí hay saberes desde las ciencias naturales, pero también hay saberes desde las ciencias sociales y los saberes territoriales. Están las comunidades que entienden mucho y valoran cada uno de los saberes. Creo que es parte de lo que es un geoparque. Cambiar cómo entendemos nuestro entendimiento del territorio.
¿ En qué etapa están trabajando este proyecto ?
Partieron dos colegas el 2018, Emil Stefani y Rodrigo Pérez Garay, ellos son geólogos que llevaron este proyecto de geoparque con la Fundación Pillanmapu, asociada con nosotros como Universidad y la carrera de Geología entra como ente técnico a funcionar también con ellos. Y nosotros asumimos el 2021, cuando se crea la carrera. Idealmente lo que necesitamos es enviar un dossier a la UNESCO. Para que llegue, tenemos que cumplir ciertos criterios, por ejemplo, de tener caracterizados los geositios, hay que ir a terreno, revisarlos y revalorizar cuales son los patrimonios que existen asociados. Deberíamos entender todo lo que tiene que ver con arte rupestre y asentamientos humanos que existen en el Salto del Maule, donde se han encontrado vestigios que la gente paraba ahí hace 7.000 años.
Y lo segundo, es lograr consagrar un modelo integral donde las Municipalidades son muy importantes. Hoy nos encontramos con un diálogo constante con San Clemente y estamos ad portas de juntarnos con otros municipios, para poder empezar cómo generar este modelo conjugado entre las seis comunas. Esperamos que el dossier sea enviado en el segundo semestre del año 2024. Una vez que se consagra esta iniciativa, hay que esperar su respuesta en el 2025, y ahí empieza la nueva etapa donde la gente debería sentir que vive realmente en un geoparque», concluyó.

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