El esfuerzo siempre, tarde o temprano, tiene sus frutos

El pan nuestro de cada día, nunca debe faltar en la mesa del hogar. Por eso, es un producto imprescindible. Las cifras no mienten. Chile es el segundo país del mundo con mayor consumo de pan por habitante, con cifras que bordean los 90 kilos por persona al año.
Quisimos conocer en detalle la realidad de una panificadora y nos fuimos a los creadores de la marraqueta ganadora que asumen con dignidad y sacrificio, esta apuesta diaria por el pan. Conocimos en boca de Manuel Céspedes, uno de los propietarios de “La Moderna”, la historia de su familia en torno a este vital alimento.
¿Cuándo se constituyó esta sociedad familiar en torno a la panificadora?
“Esta sociedad familiar la inició mi padre, en 1985. Toda su vida siendo agricultor, le ofrecieron un negocio que era empezar a trabajar en la panadería. Incursionó en el tema sin tener idea, porque siempre se ha sabido que el campo es bien ingrato y había que buscar otra forma de subsistir porque éramos cinco. Criar a cinco no es nada fácil. Partimos en la zona rural de Duao con una panadería. Yo tenía 10 años. Después se dio la oportunidad de viajar a Talca y cuando eso ocurrió, se arrendó una panadería en el centro que estaba en la 9 oriente 1 y 2 Sur, la cual, llevaba el nombre de La Moderna. Estuvimos muchos años a cargo, mi padre volvió al campo, y mi hermano mayor se hizo cargo durante muchos años de la panadería, mientras estuvimos funcionando en la 9 Oriente”.

¿En qué medida se incorporaron ustedes al negocio?
“Nosotros éramos menores y muchos estábamos estudiando. Después trabajé muchos años en el sistema público, pero él llevó el peso casi veinte años de la panadería cuando estábamos en la 9 Oriente. De ahí, viene lo que pasó y que a todos perjudicó, o nos benefició. Para nosotros fue un beneficio el terremoto del 2010, porque nos hizo cambiar de chip y nos vinimos a la 16 sur. Nos costó mucho sacrificio salir adelante. La verdad es que el dinero era escaso y la agricultura no daba para estar apoyando constantemente y poder construir. Los bancos no daban créditos, estábamos en baja porque además estábamos haciendo pan en otro lugar. Arrendábamos una panadería chica para no perder los clientes. Mi papa no quiso tomar el tema de la quiebra cuando vino el terremoto, sino que partimos nuevamente con el cuento. Es que mi viejo siempre tuvo mucho cariño por la gente que trabajaba con él. Ahí vino mi llamado y entré yo a hacerme cargo de la 16 Sur, la casa matriz, porque mi hermano estaba muy agotado”.
¿Es un trabajo muy desgastador considerando los 365 días del año?
“Efectivamente, porque es un trabajo de lunes a domingo los 365 días del año, exceptuando los feriados irrenunciables, que antiguamente no ocurría, y yo ingresé a este trabajo, ahora también se incorporó otro de mis hermanos. Todos tenemos nuestras carreras profesionales pero nos fuimos con este negocio”.
¿Quién hizo la “marraqueta ganadora” y que significado tiene este reconocimiento?
“La hizo mi hermano, que aprendió el oficio. Él es enfermero de profesión y fue él quien la creó. Tiene un significado, que el esfuerzo siempre tarde o temprano tiene sus frutos. La gente muchas veces dice, puchas nunca he encontrado un logro a mis sacrificios, pero los logros se van dando con los años, no son inmediatos, Lo que partió mi padre, lo que siguió mi hermano mayor, y lo que tengo yo, y el dia de mañana ojalá siga algún sobrino, algún hijo, es el esfuerzo, la dedicación y la constancia de muchos años, El mantener a los trabajadores enfocados en su trabajo , sin los trabajadores yo no soy nada, porque ellos cumplen un rol fundamental en la panadería. El darle al cliente siempre una mejor atención dentro de lo posible. Son cosas que a la larga, dan frutos, La gente nos ha reconocido, directamente o por medios digitales, que les gusta la marraqueta y la atención. Eso en el fondo a uno lo alegra, porque para eso se trabaja. Es súper importante porque es la única forma que yo pueda mantener mis clientes, tener más clientes, tener a mis trabajadores tranquilos que estén conformes con su trabajo. Poder mejorar su sueldo, porque todo esto, si yo crezco ellos también tienen que crecer y también crecemos así juntos”.
¿El pan es un producto necesario que se hace insustituible en nuestra mesa cotidiana?
“Claro, de hecho en la pandemia nunca paramos, siempre estuvimos funcionando. Un dia conversando con un proveedor que le mando hacer canastos, me dice que la economía aunque esté como esté, la gente siempre va a comer pan, Y es verdad. A pesar de que subió mucho el pan, sigue siendo el alimento más barato, porque hay muchas familias que solo le dan espacio al pan. La carne la ven de repente y esa es una realidad que no hay que esconder. Lo primero que tenemos en mente, es colocar al lado de este local, una cafetería para entregar un buen café, nuestros mismos productos de la pastelería, porque es un buen complemento”.

¿Qué productos determinados ofrecen en la panadería?
“Aquí se hacen ciabattas, integral, multicereal, colizas, panes especiales como tapaditos, canapés, pistoletas. Toda la gama de panes que existen. También fabricamos los panes que son menos conocidos como : la focaccia. Nuestros locales están en la 16 Sur, 1 y 2 Oriente 870, casa matriz y Avenida Ross 0108 comuna de Maule”.
¿ Están en Internet?
“Tenemos un Instagram y estamos trabajando en la elaboración de una página web pero aun no tenemos desarrollado el tema de ventas por Internet. Es algo que vamos a desarrollar posteriormente. Eso sí, tenemos repartos a clientes, por lo tanto, nuestro pan también lo puede encontrar las personas en sus villas, poblaciones o barrios. Entregamos en varias partes en Talca y de hecho, también entregamos hacia localidades rurales como : Callejones, Duao, Quiñipeumo, Chequen, San Manuel, Talca Chico. Todos esos sectores los recorremos a diario, La gente de esta forma, nos ha premiado con su preferencia porque siempre intentamos mantener un buen producto”, concluyó.