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Inundaciones en el centro-sur de Chile: ¿cómo contrarrestar los riesgos de infecciones por contacto con aguas residuales?

El frente de mal tiempo ha causado estragos en Chile. Daños y pérdidas humanas, puentes cortados, derrumbes, crecidas de ríos y, un efecto que puede pasar más desapercibido pero que es urgente atender: el afloramiento de aguas servidas. Esto significa que las aguas residuales o negras –obtenidas tras la intervención humana, con desechos biológicos, físicos y químicos– salen a la superficie y contaminan diferentes espacios.
Por ello, desde el ministerio de Salud anunciaron un plan preventivo de la vacunación de emergencia contra la Hepatitis A y el Tétanos en los lugares que sea requerido
Para Waldo Díaz, bioquímico, Doctor en Microbiología y académico de Nutrición y Dietética USS, es fundamental vacunarse, pero también tomar otras acciones.
«El virus de la Hepatitis A, habita el intestino humano, por lo tanto, se encuentra principalmente en aguas servidas y en contacto con las heces, lamentablemente no tiene tratamiento antiviral, y necesita que la gente esté protegida a través de su propio sistema inmunológico, eso se logra solo a través de la vacunación. A pesar de que nuestro esquema de vacunación en Chile contempla la vacuna de la Hepatitis A, el problema de algunas las vacunas es que tienen un tiempo en donde garantizan la protección. Entonces, si luego de un periodo de 10-15 años la persona no entra en contacto con el virus o no refuerza la dosis de la vacuna, es recomendable participar de la campaña preventiva si estas expuesto a estas aguas servidas», aseguró el Dr. Díaz.
Respecto a Tétanos, el académico USS afirmó que el riesgo principal es para los rescatistas que puedan tener alguna herida expuesta, el Clostridium tetani junto con el esquema de vacunación es importante limpiar rápida y detalladamente heridas que estén en contacto con estas aguas negras y que la vacunación preventiva contra la enfermedad viral es importante.
Pero experto advierte, además, que los agentes contaminantes quedan en utensilios y muebles aún después de que estos se sequen. Al mobiliario se le debe hacer un aseo profundo para evitar que cuando salga el sol se emanen aerosoles o vapores que contengan las partículas virales y/o bacterias y, así, puedan diseminarse incluso días después de tomar contacto con estas aguas servidas.
«Lo más recomendado sería que los alimentos que entraron en contacto con las aguas servidas sean descartados. Principalmente, porque aunque tú utilices algún método de cocción con estos alimentos no existe garantía de que no existan algunas toxinas ‘termoresistentes’, por lo tanto, aun cuando la persona haya realizado un proceso de cocción podría llegar a intoxicarse», aseveró el académico de la USS.

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