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Un arboretum con especies nativas en la Costanera de Talca

Conocido como viverista del Club del Árbol de Talca, Fernando Núñez Valenzuela junto a otros ambientalistas, han integrado 40 especies de árboles nativos en la Fundación Tejido Social.

En la Fundación Tejido Social, donde funcionaba antes la Junta de Vecinos del sector suroriente en Talca, al lado de la Cancha de la Costanera, los viveristas Fernando Núñez Valenzuela y Néstor Romero Acuña, pertenecientes al Club del Árbol, lograron efectuar un parque con 40 especies de árboles nativos en esta población.

Quisimos conocer más detalles de esta iniciativa, que se inició hace 20 años y para lo cual entrevistamos a Fernando Núñez, todo un personaje ambientalista muy conocido por los jóvenes ecologistas, dado sus conocimientos prácticos y su asidua obstinación por plantar nativo en sectores urbanos.

¿Cuándo se inició esta iniciativa ecológica?

«En el año 2004. Yo iba paseando en bicicleta en este lugar que estaba lleno de malezas, y me dije, está muy bueno este terreno para plantar árboles nativos. Pedí permiso y me puse a la tarea de plantar árboles autóctonos. Trabajamos en conjunto con el viverista Néstor Romero».

¿Qué tipos de árboles nativos tienen en este lugar?

«Aproximadamente hay 40 árboles nativos. Desde el norte tenemos chañar, tara, guayacán, palmera chilena, también hay árboles de la zona central cómo el quillay, la patagua, maitén, huingan, entre otros».

¿Qué es lo que le anima a seguir plantando nativo?

«Me anima el espacio, porque hay harto terreno baldío para aprovechar. Siempre estoy plantando árboles autóctonos como canelo, patagua, roble, quisco, etc. Ahora voy a colocar un belloto del sur. Yo no tengo ningún árbol repetido, porque la idea es darlos a conocer todos a las generaciones que vienen. Porque el mundo necesita cuestiones positivas. Esto lo quiero dejar como legado. «.

¿Cómo se consigue usted los árboles para lograr tenerlos todos?

«Cuando el club efectuaba paseos, aprovechaba para recolectar semillas. Cuando fuimos al desierto florido, el año 2003, aproveché para traer semillas de chañar y de tara».

¿De qué manera logra usted conservar estos árboles autóctonos?

«Al plantarlos les echo hojas en descomposición y hago una solución de nutrientes y los riego. Eso les da mayor fuerza para ser vitales y no secarse. Ahora, voy a empezar a regar los árboles más nuevos. Hicimos con Néstor un Arboretum en este sector e invitamos a la gente para conocer los árboles en estado natural. Además, pueden venir los colegios porque es importante que los jóvenes conozcan la variedad de árboles nativos que existen en Chile».

¿Cuál es tu mensaje preservacionista respecto a estos árboles?

«Cuidemos los árboles nativos y reproduzcamos las especies buscando un lugar idóneo para plantarlos. Yo, por ejemplo, voy a buscar tierra de hojas a la orilla del Río Piduco. Eso le echo a los árboles para que se mantengan bien. No solo hay que plantarlos en tierra bruta. También estoy cosechando semillas de especies de la cordillera, especies de la costa y de todos lados, para integrar nuevas variedades en este sector. Es un arboretum que va creciendo con el tiempo», concluyó.