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Constatamos algo que probablemente sea un denominador común en todas las regiones de la emergencia: las mujeres presentan estrés postraumático y una necesidad inmensa por recibir contención emocional

En un viaje que tuvo como objetivo identificar las necesidades urgentes de los afectados por los incendios forestales, Marcela Sandoval Osorio, directora nacional de PRODEMU, aceptó gustosa responder nuestras inquietudes para «Diario Maule Hoy».
Ella es periodista especializada en género e investigación y ha sido diputada, académica en ámbitos de derechos humanos y género, y jefa de estudios y comunicaciones en distintas instituciones públicas.
 ¿Qué necesidades urgentes se originaron con las trabajadoras debido a los incendios forestales?
-Estamos recorriendo las zonas que fueron afectadas por los incendios forestales para poder identificar esas necesidades urgentes. En este momento estamos en el Maule y las próximas semanas estaremos en Biobío y Ñuble. A pesar de que nuestra fundación se caracteriza por el impacto que genera nuestra oferta programática en los territorios desde hace 32 años, también es una institución que promueve los derechos y el desarrollo de todas las mujeres del país, y sabemos que esos derechos y ese desarrollo se suele resentir en las tragedias.
Desde este punto de vista, es que estamos escuchándolas primero, porque no podemos hacer ajustes que sean pertinentes sin sus testimonios, sin conocer el impacto que los incendios tuvieron en sus vidas y para eso había que venir hasta acá. En los encuentros que ya tuvimos con organizaciones de mujeres en el sector de El Durazno, como en Huaquén y Pencahue, constatamos algo que probablemente sea un denominador común en todas las regiones de la emergencia: las mujeres presentan estrés postraumático y una necesidad inmensa por recibir contención emocional luego de que los incendios representan una amenaza para la existencia que tanto les cuesta sostener en las zonas rurales que han sido las más afectadas.


Esto nos hace pensar que cualquier medida de recuperación o pro empleo debe considerar un programa de atención de salud mental, pues han sido tiempos muy duros. A la posibilidad de perder sus viviendas y los predios que son su sustento, se suma el rol de cuidado que las mujeres históricamente han realizado en la sociedad. En este sentido, además de defender su vida y la de sus familias, han prestado apoyo para la atención y preparación de alimentos para bomberos y brigadistas, lo que nos da luces de que han estado bajo una presión que requieren procesar acompañadas, pero también de su inmensa resiliencia. 
¿Dónde colocará el acento PRODEMU para ayudar a las emprendedoras agrícolas que han perdido todo con estos eventos?
-En El Maule estamos presentes con el programa Mujeres Rurales, el cual llega a 350 mujeres de la región. Es por ello que para este año pondremos especial énfasis en las localidades de El Durazno, Huaquén y Pencahue. Además, hoy se necesita generar intervenciones con mujeres rurales que apunten a la creación de proyectos que presenten importantes innovaciones en materia de uso del agua, especialmente en zonas de escasez hídrica. Pero como decía, estamos al debe con la salud mental. Si no hacemos algo por eso, ¿cómo queremos que las mujeres emprendan? Esa es la importancia de acogerlas en este momento.
 ¿Cuál es la prioridad de PRODEMU para este primer semestre considerando la serie de urgencias que han surgido tras los incendios?
-Dentro de las prioridades se encuentra el ajuste de nuestra oferta programática para las regiones que se han visto afectadas por los incendios forestales. Para ello y como ya hemos mencionado, estamos y estaremos reuniéndonos con diversas mujeres de distintas localidades, escuchando sus necesidades y prioridades. Además, creemos que es fundamental colocar sobre la mesa la necesidad de pensar una reconstrucción con perspectiva de género y con mirada socioterritorial. En esta región, a propósito del terremoto de 2010, organizaciones de la sociedad civil presentaron propuestas de reconstrucción con mirada feminista que abordaban la construcción de viviendas, pero también acciones en salud, seguridad pública, acceso al empleo y reconversión laboral. Esto nos hace pensar que Prodemu tiene que articularse con otras carteras del Estado para poder contribuir a esa reconstrucción en conjunto y con ese sello. Es decir, que considere a los incendios como una emergencia que produce efectos multidimensionales en las mujeres.
 ¿Dónde estará puesta la mirada de la capacitación de PRODEMU este año?
-Nuestra gestión se ha propuesto trabajar por la diversidad de mujeres que habitan Chile: mujeres rurales y mayores, pero también jóvenes, disidencias, migrantes. Cómo aterrizaremos esta mirada en las zonas de emergencia dependerá de lo que vayamos observando en los territorios. Lo que se recoja de los diálogos con las mujeres para actuar en concordancia con sus necesidades para nosotros es indispensable, porque lo cierto es que las mujeres somos diversas y sabemos que lo que necesitan las que habitan el Maule no necesariamente es lo mismo que necesitan las que están en Biobío. Ni siquiera la mujer urbana del Maule necesita las mismas cosas que la mujer que vive en las zonas rurales. Por eso proponemos que la mirada de la reconstrucción sea con perspectiva de género y socioterritorial.
 ¿Cuánta capacidad logística desplazará PRODEMU en sus próximas iniciativas en servicio y ayuda a la comunidad y los territorios?
-Somos una fundación que necesita de alianzas con otros para desplegarse de mejor forma en el territorio, en especial en zonas alejadas, donde hay poca presencia del Estado y sus organismos. Por eso, en Prodemu nos hemos propuesto como una acción permanente el vincularnos con otros y otras para llegar a la diversidad de mujeres que habitan esta región y el resto del país. Esto, porque creemos que nuestra fundación debe pensarse a sí misma como una institución más incidente y para eso, sabemos, tenemos que articularnos.    
PRODEMU está presente en 16 regiones, 56 provincias y 66 sedes a lo largo de Chile, ¿Cómo logran fortalecer las ocho rutas de aprendizaje para asumir el liderazgo social, el emprendimiento rural y el empleo dependiente.
-Nuestra oferta programática hoy en día no se traduce en rutas de aprendizaje, porque creemos que ese modelo no representa el trabajo que nuestra fundación realiza. Por ello, preferimos hablar de pilares, pues da cuenta de mejor forma el trabajo que realizamos. En este sentido, contamos con tres pilares: capacitamos, informamos y vinculamos. Este último es el que creemos necesario de relevar frente a estas emergencias. Nuestro propósito es avanzar de manera efectiva en la vinculación con otras instituciones y organismos para aportar en disminuir las necesidades de las mujeres. 
¿De qué manera hacer prevalecer el trabajo colectivo y comunitario en territorios alejados de los sitios de mayor urbanidad y desarrollo poblacional?
Estableciendo prioridades, redirigiendo esfuerzos, trabajando con otras y otros. Todo esto es necesario porque nuestros recursos son limitados para el desplazamiento de nuestros equipos regionales y provinciales, por lo cual necesitamos el apoyo de otros.
 ¿Qué requisitos hay para postular a algunas de estas iniciativas que buscan fortalecer la autonomía en la diversidad de mujeres que viven en Chile?
-Nuestra oferta programática está enfocada a mujeres de 15 años en adelante, a excepción de la oferta vinculada a empleo, donde las mujeres deben tener 18 años o más. Para que las mujeres de la región puedan conocer la oferta disponible y ser parte de los talleres y actividades, las invitamos a que sigan nuestras redes sociales, donde se está informando permanentemente e invitando a las mujeres a participar.

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