Marcos Campos Gavilán, cuenta la historia del inicio del Festival de la Canción del Río, que es el más importante de su comuna: Los recuerdos entrañables de una iniciativa que supera el tiempo en Cauquenes
Para Marcos Campos Gavilán, la historia del inicio del festival más importante de su comuna, es una remembranza que lo llena de emoción y que fructifica en cada detalle de su propio recuerdo.
Según la historia, el alcalde de esos años, Jorge Del Río Urrutia, en 1976 convocó a un grupo de entrañables amigos a efectuar un sueño: elaborar una escenografía y un programa para efectuar el primer festival de la comuna de características significativas artísticas y culturales.
El profesor Luis Canales, locutor de Radio Surcos, Carlos García más conocido como el «Tío Carlos» y Marcos Campos, estuvieron a cargo de una emblemática escenografía, un enorme chuico que se iluminó en el río, dándole un ambiente muy singular a esta iniciativa.
Marcos Campos señala que «buscaron la gente indicada que es especialista en esto. Yo en ese entonces era miembro de un grupo artístico que había en la parroquia San Alfonso, y ahí saque la experiencia que más adelante yo ocupe en el río. Porque en ese grupo artístico había que hacer las veces de maestro chasquilla: gasfiter, electricista, soldador eléctrico, carpintero. Sencillamente, había que hacerlas todas. Con toda esa experiencia adquirida en el grupo artístico, tuve la suficiente sabiduría para hacer el escenario en el río», recuerda el profesional.
«El alcalde me envió una carta, entonces nos citó a la Municipalidad un día y después nos convocaron en la casa de la secretaria municipal, Ofelia Molina, y fuimos allá y la señorita nos estaba esperando con un ponche de melón, en una garrafa. Don Luis Canales ya había trabajado en obras de teatro cuando eran jóvenes, así que tenían confianza en que haríamos un buen trabajo. Y recuerdo que la señorita empezó a repartir el ponche de melón. Pensé ¿ que íbamos a ser escenario ? Y Luis Canales me dice «Hace un chuico».
El veterano constructor del escenario, mostró que aun entre sus recuerdos, guarda con especial atención la maqueta original de esta singular estructura.
El mismo nos indica :»Por la puerta central entraban los artistas y en el telón se dibujaba el escudo municipal que se abría por ambos lados. Detrás había un rincón para la iluminación y otro para el sistema de audio. Sus dimensiones eran 10 metros de altura y 28 metros de largo. Participé tres veces construyendo los escenarios del festival «porque lo hice gratis y hasta en el invierno trabajaba en esta iniciativa», concluye con mucha nostalgia.
