En Coipué donde nació el poeta Por primera vez se reunieron siete primos descendientes del poeta «Pedro Antonio González»

Hasta las tierras de Coipué, donde nació el poeta Pedro Antonio González (1863-1903), llegaron 7 primos que son sus descendientes directos, correspondientes a la cuarta generación, lo que fue todo un acontecimiento familiar.
Esta localidad semi costera se encuentra a sesenta kilómetros de Talca, la que ha sufrido en los últimos años la destrucción de sus viviendas, ganado, siembras y cercos, producto del último terremoto del 2010 y los recientes incendios forestales.
Desaparecieron las casas de adobe que le daban un estilo señorial al territorio y es posible ver nuevas viviendas que le han dado un renovado rostro a este sector, donde cada casa está muy distante de la otra.
Es una localidad que es atravesada por el Río Huenchullamí, que es un curso natural de agua de la Región del Maule que nace en la confluencia de los esteros Coipué y Loma Blanca, a unos 14 kilómetros de su desembocadura en el Océano Pacífico.
En esta ocasión, los hermanos Luis y Margarita Gutiérrez Cabrera, organizaron un encuentro familiar inédito.
Durante tres días ellos se ocuparon de invitar a Gonzalo Gutiérrez Muñoz, procedente de Viña del Mar; Gastón Orellana Gutiérrez, que vive en Puerto Natales y los hermanos Hernán, Abel y Carmen Gloria Gutiérrez Cabrera.

Abel reside en San Luis, Argentina, quien llegó acompañado de su esposa Cecilia que es de esa nacionalidad.
También estuvo presente María del Carmen Cabrera, madre de los hermanos Hernán, Abel, Carmen Gloria, Luis y Margarita.
Esta fue una hermosa oportunidad para hacer recuerdos, contar anécdotas y compartir tres jornadas donde la carne, los buenos vinos, las ensaladas de campo y las frutas de la estación estuvieron presentes.
Los siete primos, que nunca antes se habían reunido pero si mantenía contactos directos, lo lograron esta vez en esta hermosa localidad de Coipué, donde los descendientes y los vecinos también recordaron al poeta Pedro Antonio González, que desde muy niño se inclinó por escribir poesías a la luz de la vela y que su tío Fray Pedro Armengol Valenzuela lo llevó a la capital para estudiar derecho.
Pero su mirada estaba puesta en la poesía y así lo hizo junto a otros literatos de la época, cayendo en el alcohol, lo que finalmente terminó con su vida a los 40 años de edad.
Los siete primos acordaron fortalecer estos lazos y realizar próximos encuentros en otras ciudades para saber de las nuevas descendencias.